EL MIERCOLES DE CENIZA
La Iglesia marca el inicio de la Cuaresma (40días) con el Miércoles de Ceniza, tiempo de preparación a la Pascua y termina el Domingo de Ramos - Jueves Santo después de mediodía, recordándonos a los cristianos que somos creaturas, que esta vida es tan sólo una preparación y que nuestro verdadero destino es llegar a Dios en la vida eterna. Al momento de la imposición de la ceniza sobre nuestras cabezas, el sacerdote nos recuerda las palabras del Génesis, después del pecado original: "Acuérdate, hombre, de que eres polvo y en polvo te has de convertir", que recuerdan a los fieles tres verdades fundamentales: su nada, su condición de pecadores y la realidad de la muerte.
El Miércoles de Ceniza obliga a guardar ayuno, abstenerse de comer carne y se recomienda participar en la liturgia de la imposición de la ceniza.
Hasta los 14 años cumplidos: no hay obligación de guardar ayuno ni abstinencia.
Desde los 14-18 años cumplidos (mayoría de edad canónica): Existe la obligación de guardar la abstinencia carne o de otro alimento todos los viernes del año, el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, salvo si coincide con una solemnidad.
Desde los 18 hasta los 59 años cumplidos: existe la obligación de abstenerse de tomar carne u otro alimento los días indicados anteriormente y de ayunar el miércoles de ceniza y el viernes santo.
Desde los 59 años de edad: No hay obligación de ayunar, pero Sí la obligación de abstenerse de la carne u otro alimento.
Es muy importante también, cuidar la formación de un auténtico espíritu de penitencia junto con las prácticas del ayuno y la abstinencia.
Estas cenizas se elaboran a partir de la quema de los ramos del Domingo de Ramos del año anterior, y son bendecidas y colocadas sobre la cabeza o la frente de los fieles, como signo de la caducidad de la condición humana. La ceniza representa la destrucción de los errores del año anterior al ser éstos quemados.
MENSAJE DE BENEDICTO XVI PARA LA JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ
"SI QUIERES PROMOVER LA PAZ, PROTEGE LA CREACION" (Extracto)
12. La Iglesia tiene una responsabilidad respecto a la creación y se siente en el deber de ejercerla también en el ámbito público, para defender la tierra, el agua y el aire, dones de Dios Creador para todos, y sobre todo para proteger al hombre frente al peligro de la destrucción de sí mismo. En efecto, la degradación de la naturaleza está estrechamente relacionada con la cultura que modela la convivencia humana, por lo que «cuando se respeta la "ecología humana" en la sociedad, también la ecología ambiental se beneficia». No se puede pedir a los jóvenes que respeten el medio ambiente, si no se les ayuda en la familia y en la sociedad a respetarse a sí mismos: el libro de la naturaleza es único, tanto en lo que concierne al ambiente como a la ética personal, familiar y social. Los deberes respecto al ambiente se derivan de los deberes para con la persona, considerada en sí misma y en su relación con los demás. Por eso, aliento de buen grado la educación de una responsabilidad ecológica que, como he dicho en la Encíclica Caritas in veritate, salvaguarde una auténtica «ecología humana» y, por tanto, afirme con renovada convicción la inviolabilidad de la vida humana en cada una de sus fases, y en cualquier condición en que se encuentre, la dignidad de la persona y la insustituible misión de la familia, en la cual se educa en el amor al prójimo y el respeto por la naturaleza. Es preciso salvaguardar el patrimonio humano de la sociedad. Este patrimonio de valores tiene su origen y está inscrito en la ley moral natural, que fundamenta el respeto de la persona humana y de la creación. (Vaticano, 8 de diciembre de 2009). Continuará...
- ¿Qué le dice Tarzán al pericote?
- "Tan chiquito y con bigotes"
- Y el pericote
- "Tan grandote y con pañales"
- Ja, ja, ja...
La Iglesia marca el inicio de la Cuaresma (40días) con el Miércoles de Ceniza, tiempo de preparación a la Pascua y termina el Domingo de Ramos - Jueves Santo después de mediodía, recordándonos a los cristianos que somos creaturas, que esta vida es tan sólo una preparación y que nuestro verdadero destino es llegar a Dios en la vida eterna. Al momento de la imposición de la ceniza sobre nuestras cabezas, el sacerdote nos recuerda las palabras del Génesis, después del pecado original: "Acuérdate, hombre, de que eres polvo y en polvo te has de convertir", que recuerdan a los fieles tres verdades fundamentales: su nada, su condición de pecadores y la realidad de la muerte.
El Miércoles de Ceniza obliga a guardar ayuno, abstenerse de comer carne y se recomienda participar en la liturgia de la imposición de la ceniza.
Hasta los 14 años cumplidos: no hay obligación de guardar ayuno ni abstinencia.
Desde los 14-18 años cumplidos (mayoría de edad canónica): Existe la obligación de guardar la abstinencia carne o de otro alimento todos los viernes del año, el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, salvo si coincide con una solemnidad.
Desde los 18 hasta los 59 años cumplidos: existe la obligación de abstenerse de tomar carne u otro alimento los días indicados anteriormente y de ayunar el miércoles de ceniza y el viernes santo.
Desde los 59 años de edad: No hay obligación de ayunar, pero Sí la obligación de abstenerse de la carne u otro alimento.
Es muy importante también, cuidar la formación de un auténtico espíritu de penitencia junto con las prácticas del ayuno y la abstinencia.
Estas cenizas se elaboran a partir de la quema de los ramos del Domingo de Ramos del año anterior, y son bendecidas y colocadas sobre la cabeza o la frente de los fieles, como signo de la caducidad de la condición humana. La ceniza representa la destrucción de los errores del año anterior al ser éstos quemados.
MENSAJE DE BENEDICTO XVI PARA LA JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ
"SI QUIERES PROMOVER LA PAZ, PROTEGE LA CREACION" (Extracto)
12. La Iglesia tiene una responsabilidad respecto a la creación y se siente en el deber de ejercerla también en el ámbito público, para defender la tierra, el agua y el aire, dones de Dios Creador para todos, y sobre todo para proteger al hombre frente al peligro de la destrucción de sí mismo. En efecto, la degradación de la naturaleza está estrechamente relacionada con la cultura que modela la convivencia humana, por lo que «cuando se respeta la "ecología humana" en la sociedad, también la ecología ambiental se beneficia». No se puede pedir a los jóvenes que respeten el medio ambiente, si no se les ayuda en la familia y en la sociedad a respetarse a sí mismos: el libro de la naturaleza es único, tanto en lo que concierne al ambiente como a la ética personal, familiar y social. Los deberes respecto al ambiente se derivan de los deberes para con la persona, considerada en sí misma y en su relación con los demás. Por eso, aliento de buen grado la educación de una responsabilidad ecológica que, como he dicho en la Encíclica Caritas in veritate, salvaguarde una auténtica «ecología humana» y, por tanto, afirme con renovada convicción la inviolabilidad de la vida humana en cada una de sus fases, y en cualquier condición en que se encuentre, la dignidad de la persona y la insustituible misión de la familia, en la cual se educa en el amor al prójimo y el respeto por la naturaleza. Es preciso salvaguardar el patrimonio humano de la sociedad. Este patrimonio de valores tiene su origen y está inscrito en la ley moral natural, que fundamenta el respeto de la persona humana y de la creación. (Vaticano, 8 de diciembre de 2009). Continuará...
- ¿Qué le dice Tarzán al pericote?
- "Tan chiquito y con bigotes"
- Y el pericote
- "Tan grandote y con pañales"
- Ja, ja, ja...
1 comentario:
Padre Fernando, aunque sea la jorobita!!! desde la helada Alemania su querida Nancy Calero de Breña le desea mucha Paz y alegría! Besos más.
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westentasche@t-online.de
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