Fundado: 24-04-1904 Lima, 04-03-2012 / Año 108 - Nº 5604 - 4000 ejemplares

¡NO ME ACEPTO! ¡QUIERO SER UN SUPER!
Esto no nos extraña. Ha sido el anhelo de muchas personas: Transformarnos, llegar a ser superior a lo común, espiritualizarnos, trascender la materialidad de nuestra persona y ser capaces de volar, de ser impasible, de conocerlo todo. Creo que hay cierta razón en todo esto, pues son los deseos recónditos de nuestra interioridad: ser inmortales, amar y ser amados totalmente, no enfermarnos jamás, tener una salud y una fuerza de acero, ser felices sin límites. Lamentablemente, todo esto queda sólo en deseos. De allí las fantasías que creamos para "compensar estos anhelos insaciables, creando seres extramundanos: "Sansón", "Hércules", "Tarzán", "Superman", "Batman", "Spiderman", "Ironman", "Capitán América", "Thor", etc. y todos los Personajes Animados, llenos de poderes, alusivos a este tema. La razón está en que hemos sido hechos a "imagen y semejanza de Dios" (Gn 1,26). De Dios venimos y a Dios debemos regresar. Nosotros y toda la Creación somos "Vestigia Dei" (Las huellas de Dios). Por eso, nos dice San Agustín: "Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti" (Confesiones 1.1.1.). Cuando vemos esas películas, subconscientemente nos identificamos con nuestro personaje y lo vivimos; pero al terminar la película, ¡qué desastre, qué frustración! Volvemos a la realidad con la melancolía en el alma: ¡Se acabó el sueño!
Menos mal que el Evangelio de hoy nos dice que ese deseo de Transformación, que todos tenemos, se realizará; pero únicamente en Cristo, ASIMILANDONOS A SU RESURRECCION. En Él, seremos inmortales, hijos adoptivos de Dios y felices, amaremos y seremos amados plenamente y para siempre. Lo importante es valorar desde esta vida terrena la inmensa riqueza de felicidad que nos espera, SI COLABORAMOS, ACEPTANDO, PRACTICANDO Y OBEDECIENDO CON FE TODO LO QUE JESUS NOS HA REVELADO.

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