¡YO MISMO SOY!
Yo pienso que la cultura actual nos va llevando a un individualismo tal, que vamos absolutizando nuestro propio YO. Y cuanto más poder se tiene, más va creciendo el individualismo hasta caer en el "Yoismo". ¿No pasó, acaso, con los antiguos jefes de las tribus, y más tarde con los reyes, emperadores, césares, dictadores, etc.? Y hoy, tenemos a los empresarios, a los magnates, a los "padrinos". Pero nada digamos de los "criollazos", a quienes nadie les puede "pisar el poncho", a quien nadie les puede engañar, ni ganar, ni estafar. Finalmente los jefes de pandillas, de las "maras", etc... Hasta ridiculizamos esta realidad con expresiones como esta: ¿Quién soy yo?... ¡Papá!
Qué lejos están de la enseñanza de Jesús en el Evangelio de hoy. Él se define como "LA VID VERDADERA" y, antes, "EL BUEN PASTOR VERDADERO". Una definición inmensamente altruista y oblatista: "YO DOY MI VIDA POR ELLOS".
Pero, HOY ¿qué figura escogería Jesús para definirse y entenderlo? No se me ocurre otra, que el fenómeno que está invadiendo culturalmente todo nuestro mundo: el fenómeno de la GLOBALIZACION (MUNDIALIZACION). ¿De qué se trata? "La globalización es un proceso económico, tecnológico, social y cultural a gran escala, que consiste en la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo unificando sus mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter de totalidad. La globalización es, a menudo, identificada como un proceso dinámico producido principalmente por las sociedades que viven bajo el capitalismo democrático o la democracia liberal y que han abierto sus puertas a la revolución informática, plegando a un nivel considerable de liberalización y democratización en su cultura política, en su ordenamiento jurídico y económico nacional, y en sus relaciones internacionales". Creo que Jesús podría decir hoy: YO SOY COMO UNA GLOBALIZACION VERDADERA, en el plano Espiritual y de Salvación de TODA LA HUMANIDAD. Así lo ha dicho: "Yo he venido (entregando mi vida por ustedes) para que tengan vida y la tengan en abundancia" (Jn 10,10); "Yo ruego por ellos... para que SEAN UNO como tú, Padre en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado... Yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno..." "En esto conocerán todos que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros (así como Yo los he amado)". Y San Pablo nos lo dice magistralmente: "Los exhorto... a que vivan de una manera digna de la vocación con que han sido llamados. Con toda humildad, mansedumbre y paciencia, soportándose unos a otros por amor, poniendo empeño en conservar la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo, un solo Espíritu, como una es la esperanza a que han sido llamados. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos" (Ef 4,1-6). ¿QUÉ TE PARECE? ¡PIENSALO!
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