V DOMINGO DE PASCUA
Ante la tentación humana de construir un cristianismo basado en apariencias y sin Cristo, en este domingo se nos invita a buscar la experiencia de Dios en el verdadero encuentro con Cristo. La primera decisión para vivir con autenticidad nuestra pertenencia a Cristo es permanecer unidos a la vid que es Él mismo. Así, Cristo nos ofrece su vida, su amor, su presencia, su persona misma, su "buena noticia".
PRIMERA LECTURA: Hch 9, 26-31
La comunidad cristiana va desarrollándose guiada por el Espíritu Santo y evangelizada por los apóstoles, entre ellos Pablo, que predica a Cristo con convicción y poder.
"En aquellos días, llegado Pablo a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos, pero todos le tenían miedo, porque no se fiaba de que fuera realmente discípulo. Entonces Bernabé se lo presentó a los apóstoles. Saulo les contó cómo en Damasco había predicado públicamente el nombre de Jesús. Saulo se quedó con ellos y se movía libremente en Jerusalén, predicando públicamente el nombre del Señor. Hablaba y discutía también con los judíos de lengua griega, que se propusieron matarlo. Al enterarse los hermanos, lo bajaron a Cesarea y de allí lo enviaron a Tarso. La Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaria. Se iba construyendo y progresaba en fidelidad al Señor, y se multiplicaba, animada por el Espíritu Santo".
SALMO 21
Respondemos: "El Señor es mi alabanza en la gran asamblea"
SEGUNDA LECTURA: 1 Jn 3, 18-24
Juan nos invita a descubrir la fuerza del amor fraterno que es el criterio de veracidad de la fe auténtica frente a muchas propuestas religiosas del mundo.
"Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras. En esto conoceremos que somos de la verdad y tendremos nuestra conciencia tranquila ante Él, en caso de que nos condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo. Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios, y cuanto pidamos lo recibimos de Él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó. Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios y Dios en Él: en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos ha dado".
ALELUYA:
"Permanezcan en mí, y yo en ustedes, dice el Señor, el que permanece en mí da fruto abundante"
EVANGELIO: Juan 15, 1-8
Juan nos exhorta a vivir en una dinámica constante de permanencia junto a Cristo, que no implica pasividad ni un estar estático. Es un desafío para dar frutos y así glorificar al Padre.
"En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Si alguna de mis ramas no da fruto, Él la arranca; y poda las que dan fruto, para que den más fruto. Ustedes ya están limpios por las palabras que les he hablado; permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Como la rama no puede producir frutos por sí misma, si no permanece en la vid, así tampoco pueden ustedes producir fruto si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes las ramas; el que permanece en mí y yo en Él, ése da fruto abundante: porque sin mí no pueden hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como ramas secas; luego las recogen y las echan al fuego y arden. Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les dará. Con esto recibe gloria mi Padre en que ustedes den fruto abundante; así serán discípulos míos»".
PILDORITA SALUDABLE
Ecl 3, 24: "Muchos se han dejado engañar por sus propias ideas, y falsos pensamientos han desequilibrado su mente"
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