Fundado: 24-04-1904 Lima, 17-06-2012 / Año 108 - Nº 5619 - 4000 ejemplares

¡SIN CULTIVO, LA SEMILLA MORIRÁ!
Salvando las grandes excepciones, con frecuencia se recibe la queja de padres de familia: Mi hijo, mi hija, ya no son adolescentes, son jovencitos y hasta mayores; pero son muy IRRESPONSABLES. Lamentablemente el tiempo sigue pasando y... ¡Nada! ¿Qué será de sus vidas dentro de un futuro próximo? Empiezan a estudiar algo y luego, lo abandonan. Empiezan con una..., y la cambian por otra... Las razones que ponen: «con esa carrera no me siento bien, no me realizo», «Es que esa chica no me gusta», y la vida sigue inexorablemente su curso. Lo peor es que continúan considerándose "hijos" y dependientes totalmente de los padres (que ya deberían descansar y disfrutar los frutos de sus esfuerzos). Lo malo es que las decisiones tomadas, o son para una perpetua soltería, o para una vagancia sin nombre, pues nunca encuentran trabajo. Lo trágico es que se dedican, como finalidad de sus vidas, a los vicios, a las fiestas nada morales, a la droga, al trago, a engendrar o concebir los hijos COMO UN PASATIEMPO. Ojalá no lleguen a ser ladrones, criminales, violadores, etc. ¿QUÉ HACEMOS, PADRE? Con mis limitaciones me atrevo a responderles: "Empecemos, aceptando la dura realidad: ¡ESTAMOS COSECHANDO LO QUE HEMOS SEMBRADO EN EL HOGAR Y EN EL COLEGIO! Desgraciadamente estamos en el siglo de la tolerancia, del permisivismo, del ausentismo educativo, de la no exigencia, del miedo a quedar mal con los hijos, o con los alumnos. Aceptamos el relevo educativo de "Otros educadores" y con otras finalidades: la TV, con sus programas llenos de ilusión, de desorientación. El Internet con sus páginas causantes de adicción y de relativismo moral para nuestra juventud.
Nuestras disculpas: ESTAMOS PERPLEJOS, PARALIZADOS, NOS SENTIMOS IMPREPARADOS... NOS VAMOS SINTIENDO DERROTADOS; PERO ¿QUÉ HACER? Y yo les digo: ¡CUIDADO, QUE ESTÁ DE POR MEDIO LA VIDA FUTURA DE NUESTROS HIJOS!... ¡ALGO HAY QUE HACER!
Hoy San Pablo nos aconseja: Tenemos que educar para que nuestros hijos den respuestas responsables. Para que tomen en sus manos la construcción de su historia personal, familiar y comunitaria. Para que sean conscientes de que su vida futura dependerá SOLO de ellos, de su compromiso con la historia que les toca vivir. Dios nos ha capacitado para crecer y transformar el mundo; pero a nosotros nos toca DECIDIRNOS Y HACERLO.
¡PADRES, EDUCADORES, AUTORIDADES, JUNTOS, NO NOS DEJAREMOS VENCER!

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