Fundado: 24-04-1904 Lima, 16-12-2012 / Año 108 - Nº 5645 - 4000 ejemplares

¿TE IMPORTA TU PRÓJIMO?
Generalmente las formas culturales de hoy, nos llevan a encerrarnos en nosotros mismos. Pareciera una contradicción la actitud de nuestra juventud: "me encierro, me aíslo, para entrar en contacto con «Ia mancha», para llegara tener muchísimos amigos". Así, un padre de familia me decía que su hijo adolescente, desde que llegaba del Colegio, se encerraba en su cuarto y ya no salía, zambullido en la computadora, en el internet, en el YouTube, el Twitter; o el celular smartphone, etc. Pareciera que les faltara tiempo para poder comunicarse con toda su mancha real y virtual. De este modo deja las relaciones de su barrio para alargar el radio de su amistad haciéndola mundial... Todo esto, a todos (chicos, grandes y viejos) nos hace evadir la problemática en la que vivimos: la pobreza de muchos de nuestros hermanos, el sufrimiento de tanta gente, las injusticias que se cometen. No obstante, en medio de esta batahola, y de este "mundanal ruido", empieza a desarrollarse un fenómeno de "aterrizaje" tomando conciencia de nuestras propias y reales necesidades: el fenómeno DEL VOLUNTARIADO. Jóvenes generosos que "hacen la contra" y dedican un tiempo significativo de sus vidas para ayudar a los más necesitados, especialmente en países subdesarrollados. Inclusive se han dado, y se dan, parejas de casados que han empleado el dinero destinado a su gran fiesta de Bodas, para donarlo y ayudar a los más necesitados. Menos mal que este fenómeno va creciendo; pero es todavía incipiente comparándolo con la gran cantidad de juventud que continúa encerrada en sí misma, en su propio egoísmo.
Hoy, Juan Bautista nos dice que el único modo de prepararnos para ser REDIMIDOS, LIBERADOS DE NUESTRO AMOR EGOÍSTA, es por el camino de las obras buenas en favor de los más necesitados. San Juan nos dice en su Carta: ¿Cómo vas a decir que amas a Dios, a quien no ves, sino amas a tu prójimo a quien ves? (1Jn 5,20). Y Santiago, apóstol: "Pruébame tu fe sin obras y yo te probaré por las obras mi fe"  St 2,18).
¡PIENSALO, HERMANO!

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