Lima, 02-12-2012 / Año 108 - Nº 5643

PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO
Empezamos un nuevo año litúrgico. Es un tiempo nuevo de gracia, de acogida de Cristo. Él tiene dos advientos, dos venidas. La primera, viene como Mesías, como Salvador y liberador, lleno de misericordia. La celebramos con la solemnidad de LA NAVIDAD. La segunda, vendrá al final de los tiempos, pero como Juez, para sancionar y oficializar nuestras respuestas de amor concreto, fijadas ya en el momento de nuestra muerte. Debemos estar preparados, "vigilantes" y "despiertos", con la mirada fija en Él; pero con los pies puestos en esta tierra llenándonos las manos de obras de amor misericordioso para con el prójimo necesitado.
PRIMERA LECTURA: Jr 33, 14-16
"El profeta jeremías nos invita a vivir con la esperanza en Dios, que cumple sus promesas en nuestra historia. Por eso, él es nuestra justicia".
"Miren ustedes que llegan días Oráculo del Señor en que cumpliré la promesa que hice a los habitantes de Israel y de Judá. En aquellos días y en aquella hora, haré brotar para David un legítimo descendiente que ejercerá la justicia y el derecho en la tierra. En aquellos días se salvará Judá, y en Jerusalén vivirán tranquilos, y la llamarán así: «El Señor es nuestra Justicia»".
SEGUNDA LECTURA: 1Ts 3, 12-4, 1-2
Pablo nos invita a un proceso constante de trabajo espiritual en vistas a la venida del Señor, mirando siempre a lo eterno: desafío y prueba.
"Que el Señor los colme y los haga crecer y progresar en el amor mutuo y en el amor a todos los demás, semejante al que nosotros tenemos por ustedes. Que él fortalezca sus corazones para que, cuando Jesús, nuestro Señor, vuelva acompañado de todos sus santos, ustedes se presenten ante Dios, nuestro Padre, santos e irreprochables. Por lo demás, hermanos, les rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que vivan conforme a lo que han aprendido de nosotros sobre la manera de comportarse para agradar a Dios; procedan así y sigan adelante. Ya conocen las instrucciones que les hemos dado, en nombre del Señor Jesús".
LECTIO DIVINA: Lc 21, 25-28.34-36
El Maestro nos advierte para vivir atentos a los signos de los tiempos. A no dejarnos engañar por falsas propuestas, sin perspectiva de futuro.
"En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: «Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de las gentes enloquecidas por el estruendo del mar y del oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad ante la expectativa de lo que sobrevendrá al mundo, pues los astros temblarán. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria. Cuando empiece a suceder esto, levántense, alcen la cabeza, porque se acerca, su liberación. Tengan cuidado: que sus corazones no se entorpezcan por el exceso de comida, por las borracheras y las preocupaciones de la vida, porque entonces ese día caerá de improviso sobre ustedes; ese día será como una trampa en la que caerán atrapados todos los habitantes de la tierra. Estén siempre vigilantes y oren en todo tiempo, para escapar de todo lo que ha de ocurrir y puedan mantenerse en pie ante el Hijo del hombre»".
PREGUNTAS:
1. ¿Qué SIGNIFICA, "SIGNOS DE LOS TIEMPOS"?
2. ¿EN QUÉ CONSISTE LA VERDADERA LIBERACIÓN?
3. ¿QUÉ IDEA TIENES SOBRE LA EXPRESIÓN, "EL HIJO DEL HOMBRE"?
PILDORITA SALUDABLE
Ecl 4, 25-26: "No seas rebelde a la verdad, ni luches contra la corriente. No te de vergüenza confesar tus faltas; avergüénzate de tu ignorancia".

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