Lima, 23-12-2012 / Año 108 - Nº 5646


NAVIDAD, HISTORIA Y SÍMBOLOS
LA FECHA:
Los festejos del 25 de diciembre, fueron asimilados por la religión cristiana. Su origen fue anterior al nacimiento de Cristo, en celebraciones rituales unidas a un acontecimiento importante para los pueblos del hemisferio norte: EL SOLSTICIO DE INVIERNO (el sol está en el trópico de Capricornio entre el 21 y 22 de diciembre). Desde tiempos inmemoriales los campesinos, habían hecho del sol una deidad principal. Tributándole su culto, instauraron la fiesta del sol. Se encendían fogatas para ayudarlo a estar encendido (Las neblinas del invierno lo apagaban, brillando muy poco), se bailaba y, cantaba en su honor. Se sacrificaban y comían el oso sagrado de invierno y el pavo real solar y se repartía una especie de pan dulce con especias. Esta fecha coincidía con la fiesta del Nilo en el que se recordaba, en Alejandría, el nacimiento de Aeón, nacido de la virgen Kore.
Los romanos también festejaron el Solsticio de invierno. Le llamaron "Dies natalis invicti solis": Día del nacimiento del sol invencible. Julio César le dedicó el 25 de diciembre para festejarlo.
Los judíos, desde el año 164 a.C., lo celebraban con el nombre de Hasnukas, el 25 de Kisleu (noveno mes), que cae en diciembre o en enero. Dependiendo de la Luna.
En el cristianismo, el día del nacimiento de Jesucristo esta muy lejos de ser conocido con certeza.
San Clemente de Alejandría publicó (180-200 d.C.) su obra Stromata y en ella relata como hay quienes dicen que Jesús nació "el 25 de Pachano, o el 24 o el 25 de Pharmuthi". Los cálculos demuestran que la primera fecha correspondería al 19 de abril, y la segunda al 14 de mayo. San Clemente corta por lo sano condenando, como demasiado curiosos, a los que intentan decir el mes o el día en que nació el Señor.
El calendario de Filocalis (354 d.C.) asegura que Cristo nació "el 25 de diciembre, un viernes". Antes del siglo V no se había llegado todavía a un acuerdo sobre la fecha del nacimiento de Cristo: o el 25 de diciembre, o el 6 de enero.
En el año 385 el papa Siricius llamó al 6 de enero Natalicius. Fue en el año 440 que los Padres de la Iglesia decidieron aceptar como fecha, el 25 de diciembre.
Los Sirios y los Armenios, prefirieron el 6 de enero.
En Roma la celebración se remonta a los alrededores del 330. Contemporánea a la construcción de la basílica constantiniana de San Pedro, parece haberse localizado en el Vaticano, orientando hacia Cristo los homenajes que el pueblo romano ofrecía a las divinidades de Oriente, en la misma colina.
La elección de la fecha y del lugar, las alusiones explícitas de los padres al simbolismo de Cristo como sol de justicia (Mal 4,2) y luz del mundo (Jn 8,12) nos hacen ver la intención de la Iglesia: sustituir con una fiesta cristiana la fiesta pagana del Sol invictus, que era el símbolo de la última resistencia del paganismo. Cristo será EL NUEVO SOL.
DIFUSIÓN:
Los pueblos convertidos al cristianismo iban uniendo a sus viejas costumbres, la nueva fe. W,, aún cuando la integración era favorecida con una tolerancia llena de sabiduría. Así escribía San Gregorio I, a los misioneros: "No destruyáis, de ninguna manera, los santuarios de los ídolos; destruid, sí, los ídolos que allí están... Dejadlos celebrar su fiestas religiosas y adorar a Dios por medio de ellas, de tal manera que, conservando sus placeres exteriores, reciban mejor los goces espirituales". De este modo se empezó a difundir en todo el mundo cristiano la fiesta de la Navidad el 25 de diciembre de todos los años. A la celebración de esta fiesta se conservaron o fueron añadiéndose costumbres locales.
LA CENA DE NAVIDAD:
Trae su origen de la comida que se hacía en la fiesta pagana tanto del oso como del pavo.
ÁRBOL DE NAVIDAD:
Hasta el siglo VIII persistía la costumbre de congregarse alrededor del roble sagrado de Odín (Dios supremo). Fue Bonifacio, misionero en Alemania quien consiguió remplazar esta costumbre por la del árbol del pino. Esta costumbre pasó a Francia e Inglaterra. En sus ramas ponían juguetes y golosinas para los niños.
PAPÁ NOEL:
Santa Claus o Papá Noel. Se trataría de la figura de San Nicolás, un buen obispo holandés famoso por su bondad, que repartía regalos a los niños todos los años alrededor del 6 de diciembre. El nombre de San Nicolás fue abreviado en el de Santa Claus y, en Francia, en lugar de ser rechazado como signo alienante lo convirtieron en "Pere Noel", Papá Navidad, haciéndose una figura legendaria.
EL PESEBRE O NACIMIENTO:
Fue San Francisco  Asís quien introdujo la costumbre del "Nacimiento" en Italia, así como los cantos vernaculares, herederos de los que se cantaban en el solsticio invernal. Los "Nacimientos" muy bellos y populares, no sólo en Italia, sino también en Austria y, el sur de Alemania. Nos narra su biógrafo: "Ciertamente es digno de piadosa y eterna memoria, lo que, tres anos antes de su gloriosa muerte, llevo a cabo el día de Navidad en honra de de Nuestro Señor Jesucristo, en un pueblo llamado Greccio. Moraba en aquel lugar un señor llamado Juan... 15 días antes de la Navidad le llamo Francisco y le dijo: "Si deseas que celebremos en Greccio la próxima fiesta del Natalicio Divino, adelántate y prepárate con diligencia a lo que voy a indicarte. Para hacer memoria con mayor naturalidad de aquel Niño y de las incomodidades que sufrió al ser reclinado en un pesebre y puesto sobre la húmeda paja junto a un buey y un asno. Quisiera hacerme de ello cargo de una manera palpable y como si presenciara con mis propios ojos"... Oyó esto el buen hombre y apresuróse a preparar en aquel lugar todo lo que había dado a entender Francisco.
Llegó por fin el día de la alegría y la hora de la Santificación apetecida. Fueron convidados religiosos de varias partes, los hombres y mujeres del lugar, según su posibilidad y con íntimo gozo, con luces y antorchas, se dispusieron a iluminar aquella noche, que con inmensa claridad, cual astro refulgente, irradia sobre los días y los años. Llega en último lugar el siervo de Dios, y hallándolo todo a punto, alégrase en extremo. Dispónese luego el pesebre, acomódase la paja y se trae el buey y el asno, hónrase allí la sencillez, se elogia la pobreza, se celebra la humildad, y Greccio se convierte en otra ciudad de Belén" (Celano. Vida de San Francisco de Asís. BAC.).

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