Muchas veces le echamos la culpa a la
"tentación", siendo nosotros mismos los TENTADORES. Esto sucede cuando NOS
EXPONEMOS A LA OCASIÓN. Ya lo dice el refrán: "La ocasión hace al ladrón", O los otros
dichos: "Quien se expone cae". Yendo al grano. Si nos entretenemos
voluntariamente en imaginaciones morbosas, en pornografías, etc. todo esto
constituirá el material para que nuestra imaginación, "la loca de
casa", componga nuevas "tentaciones". Entonces, no será el
diablo quien nos las sugiera, sino que seremos nosotros mismos.
¿Qué
entendemos por tentación? Etimológicamente, TENTACIÓN
viene de los verbos latinos: "Tentare", "Temptare" =
Tentar, tocar, palpar, tantear, sondear, probar, sentir, ensayar, experimentar,
solicitar, inducir, instigar, seducir, excitar, examinar, tratar de saber. Lo
definimos como el impulso que excita a
hacer algo. La instigación a cometer actos poco juiciosos.
EN LA BIBLIA , tiene 2 sentidos. Cuando viene de Dios, se la llama PRUEBA. Su finalidad es purificar,
acrecentar y fortalecer la religiosidad y la entrega del hombre a Dios (Ex 16,
4; 20, 20; Dt 8, 2; Jue 2, 22). Así, las pruebas de Adán de no comer el fruto;
la de Abraham, de sacrificar a su hijo Isaac; la de Job, en su sufrimiento; las
pruebas al pueblo en el desierto, etc.
Viene
del demonio,
cuando induce al mal para que el hombre abandone el bien, la vida religiosa y
su perseverancia, hasta llegar a RENEGAR
DE DIOS (Gn 3, 1ss; Job; Mt 4, 1ss; Lc 8, 13; Jn 12, 31). Se la conoce
también como la tentación del mundo
(Jn 12, 16) o de la concupiscencia
de las propias pasiones (Rm 7, 8; St 1, 14).
Dios no tienta; permite la tentación hasta cierto límite: "no seremos
tentados, probados más allá de nuestras fuerzas" (1Co 10, 13; 2Pe 2, 9).
Superada la prueba, la fe se fortalece y crece. Por ello, Jesús nos enseña a pedir
al Padre Dios NO que nos libre de la
tentación, SINO que NO nos deje caer en ella (Mt 6, 13).
También
el hombre puede tentar a Dios, con la desconfianza en su omnipotencia, en
su amor, en su fidelidad y providencia. Es una protesta, una inconformidad con
el actuar de Dios que se expresa "pidiéndole cuentas", murmurando de
él, o exigiéndole milagros (Ex 17, 17; Sal 95, 9; Jn 6, 41.43.52).
TENTACIONES
DE JESÚS.
Jesús fue probado a lo largo de toda su vida (Mt 4, 1ss; 16, 23; 24, 21; 27,
42; Mc 13, 14-23; 15, 30; Lc 21, 20-24). Tras los 40 días de ayuno fue tentado
por primera vez por Satanás (diablo, demonio, adversario, enemigo, el que
acusa) queriendo desviarlo del camino de Dios y del cumplimiento de su misión: "El Espíritu me ha ungido para
anunciar a los pobres la
Buena Nueva , me ha enviado a proclamar la liberación a los
cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y
proclamar un año de gracia de Señor" (Lc 4, 18-19).
NOSOTROS
TAMBIÉN SEREMOS TENTADOS. Y Jesús, en sus apóstoles, nos enseña a vencerlas: "Velad y orad, para que no caigáis en
tentación: que el espíritu está pronto, pero la carne es débil" (Lc 26, 41).
¿LO SABIAS?
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