Fundado: 24-04-1904 Lima, 05-05-2013 / Año 108 - Nº 5665 - 4000 ejemplares

¡NO HAY TIEMPO PARA PENSAR!
Es muy difícil aceptar, con nuestra mentalidad mundana, lo que Jesús nos está diciendo: "El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él". Es una realidad aceptada únicamente por la fe. El peor obstáculo para entender y vivir esta experiencia es el ambiente de distracción en el que estamos inmersos. ¿Quién tiene unos minutitos para INTERIORIZARSE, para guardar silencio y "zambullirse" dentro de sí y vivir esta experiencia de la presencia de Dios dentro de nosotros, y de nosotros dentro de Dios? Lamentablemente, la realidad es otra. Desde que nos despertamos estamos volcados a salir de nuestra interioridad por nuestros cinco sentidos; y nos volcamos hacia afuera "como alma a quien persigue el diablo". Y así, la pasamos todo el día, y todos los días... hasta el momento de nuestra muerte. Esto lo comprobamos frecuentemente por nuestras quejas: "No encuentro tiempo para rezar", "No puedo ir a la Iglesia para encontrarme con Jesús, pues vivo muy lejos", o, "Estoy muy ocupado con tanto trabajo, estudios, preocupaciones que tengo entre manos"... Y así se va pasando la vida.
TODO CAMBIARÍA, si profundizáramos lo que Jesús nos acaba de decir. Bastaría un pequeño esfuerzo: apenas despertados, entremos en nuestro interior y pensemos unos instantes en esta presencia de Dios y entablemos una pequeña conversación. Esta operación hagámosla también antes de dormir. Intentamos lo mismo al día siguiente... Luego tratemos de recordarlo durante el día, en cualquier momento. El ejercicio será difícil... pero lo lograremos poco a poco... DESCUBRIREMOS EL PROFUNDO SIGNIFICADO DE LA VIDA INTERIOR, DE LA VIDA ESPIRITUAL. Todos los santos lo intentaron y lo LOGRARON. ¿Si ellos lo pudieron por qué NO nosotros? ¡INTENTÉMOSLO, HERMANOS!

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