Lima, 05-05-2013 / Año 108 - Nº 5665

La paz que Cristo promete está ligada a su presencia en nuestro espíritu porque ¡ÉL ES LA PAZ!
¿Quieres la paz? Acércate a Jesucristo, lee el Evangelio, habla con Jesús, confía en sus palabras. Esfuérzate por cumplirlas. Sentir el amor que Jesús nos tiene y esforzamos por corresponderle.
PRIMERA LECTURA: Hch 15, 1-22-29
Los Hechos nos presentan el momento en que la Iglesia crece y ofrece un criterio de discernimiento para los cristianos provenientes del mundo pagano.
"En aquellos días, algunos que bajaron de Judea a Antioquía se pusieron a enseñar a los hermanos que, si no se circuncidaban conforme a la tradición de Moisés, no podían salvarse. Esto provocó un altercado y violenta discusión con Pablo y Bernabé, y se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y presbíteros sobre la controversia. Los apóstoles y los presbíteros con toda la Iglesia acordaron entonces elegir a algunos de ellos y mandarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Eligieron a Judas Barsabá y a Silas, miembros eminentes entre los hermanos, y les encomendaron llevar la siguiente carta: «Los apóstoles y los presbíteros saludamos fraternalmente a los hermanos de Antioquía, Siria y Cilicia convertidos del paganismo. Nos hemos enterado de que algunos de los nuestros, sin mandato de nuestra parte, los han alarmado e inquietado con sus palabras. Hemos decidido, por unanimidad, elegir a unos delegados y enviárselos, junto con nuestros queridos Bernabé y Pablo, que han consagrado su vida a causa de nuestro Señor Jesucristo. En vista de esto, a Silas y a Judas, quienes les transmitirán de viva voz lo siguiente: 'Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponerles más cargas que las indispensables: que se abstengan de carne sacrificada a los ídolos, de sangre de animales estrangulados y de la fornicación. Harán bien en apartarse de todo esto. Que les vaya bien'»".
SEGUNDA LECTURA: Ap 21, 10-14.22-23
Se nos invita a contemplar a la Ciudad de Jerusalén, don de Dios, pero también a acoger como nuestro, el compromiso de construirla desde aquí y ahora.
"El ángel me transportó en éxtasis a un monte altísimo, y me enseñó la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo, enviada por Dios, trayendo la gloria de Dios. Brillaba como una piedra preciosa, como jaspe cristalino, Tenía una muralla de gran altura que tenía doce puertas: sobre ellas había doce ángeles y estaban escritos los nombres de las doce tribus de Israel. Tres puertas miraban al este, otras tres al norte, tres al sur, y tres al oeste. La muralla de la ciudad se asentaba sobre doce cimientos que llevaban doce nombres: los nombres de los apóstoles del Cordero. No vi ningún templo en la ciudad, porque su templo es el Señor Dios todopoderoso y el Cordero. La ciudad no necesita sol ni luna que la alumbre, porque la gloria de Dios la ilumina, y su lámpara es el Cordero".
PILDORITA SALUDABLE
Ecl 6, 1: "Si eres amigo, no te vuelvas enemigo. Si no, tendrás deshonra y mala fama; así es el hombre malo y falso"

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