La
paz que Cristo promete está ligada a su presencia en nuestro espíritu porque ¡ÉL
ES LA PAZ !
¿Quieres
la paz? Acércate a Jesucristo, lee el Evangelio, habla con Jesús, confía en sus
palabras. Esfuérzate por cumplirlas. Sentir el amor que Jesús nos tiene y
esforzamos por corresponderle.
PRIMERA
LECTURA: Hch 15, 1-22-29
Los Hechos nos presentan el momento en que la Iglesia crece y ofrece un
criterio de discernimiento para los cristianos provenientes del mundo pagano.
"En aquellos días, algunos que bajaron
de Judea a Antioquía se pusieron a enseñar a los hermanos que, si no se
circuncidaban conforme a la tradición de Moisés, no podían salvarse. Esto
provocó un altercado y violenta discusión con Pablo y Bernabé, y se decidió que
Pablo, Bernabé y algunos más subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y
presbíteros sobre la controversia. Los apóstoles y los presbíteros con toda la Iglesia acordaron entonces
elegir a algunos de ellos y mandarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé.
Eligieron a Judas Barsabá y a Silas, miembros eminentes entre los hermanos, y
les encomendaron llevar la siguiente carta: «Los apóstoles y los presbíteros
saludamos fraternalmente a los hermanos de Antioquía, Siria y Cilicia
convertidos del paganismo. Nos hemos enterado de que algunos de los nuestros,
sin mandato de nuestra parte, los han alarmado e inquietado con sus palabras.
Hemos decidido, por unanimidad, elegir a unos delegados y enviárselos, junto
con nuestros queridos Bernabé y Pablo, que han consagrado su vida a causa de
nuestro Señor Jesucristo. En vista de esto, a Silas y a Judas, quienes les
transmitirán de viva voz lo siguiente: 'Hemos decidido, el Espíritu Santo y
nosotros, no imponerles más cargas que las indispensables: que se abstengan de
carne sacrificada a los ídolos, de sangre de animales estrangulados y de la
fornicación. Harán bien en apartarse de todo esto. Que les vaya bien'»".
SEGUNDA
LECTURA: Ap 21, 10-14.22-23
Se nos invita a contemplar a la Ciudad de Jerusalén, don de Dios, pero también a
acoger como nuestro, el compromiso de construirla desde aquí y ahora.
"El ángel me transportó en éxtasis a un
monte altísimo, y me enseñó la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo,
enviada por Dios, trayendo la gloria de Dios. Brillaba como una piedra
preciosa, como jaspe cristalino, Tenía una muralla de gran altura que tenía
doce puertas: sobre ellas había doce ángeles y estaban escritos los nombres de
las doce tribus de Israel. Tres puertas miraban al este, otras tres al norte,
tres al sur, y tres al oeste. La muralla de la ciudad se asentaba sobre doce
cimientos que llevaban doce nombres: los nombres de los apóstoles del Cordero.
No vi ningún templo en la ciudad, porque su templo es el Señor Dios
todopoderoso y el Cordero. La ciudad no necesita sol ni luna que la alumbre,
porque la gloria de Dios la ilumina, y su lámpara es el Cordero".
PILDORITA
SALUDABLE
Ecl 6,
1: "Si eres amigo, no te vuelvas enemigo. Si no, tendrás deshonra y mala
fama; así es el hombre malo y falso"
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