Dios,
Uno y Trino, es un misterio que escapa a nuestra comprensión: Jesús, la imagen
de Dios invisible, vino a iluminar el misterio de Dios. Gracias a Él creemos
que el único Dios verdadero no es un solitario. En Él conviven admirablemente
el Padre Creador, el Hijo, su Verbo y el Espíritu Santo, su mutuo Amor,
procedente de su eterna contemplación. Este es el Dios revelado por Jesucristo:
El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
PRIMERA LECTURA: Pr 8, 22-31
Se nos ofrece una reflexión de la realidad de Dios en su
trascendencia, revelándose para nosotros a través de su Sabiduría.
"Así dice la Sabiduría de Dios: «El
Señor me estableció al principio de sus tareas, al comienzo de sus obras más
antiguas. Desde la eternidad fui formada, desde el principio, antes del origen
de la tierra. Antes de los abismos fui engendrada, antes de los manantiales de
las aguas. Todavía no estaban asentados los montes, antes de las montañas fui
engendrada. No había hecho aún la tierra y la hierba, ni los primeros terrones del
orbe. Cuando colocaba los cielos, allí estaba yo; cuando trazaba la bóveda
sobre la faz del abismo; cuando sujetaba el cielo en la altura, y fijaba las
fuentes abismales. Cuando ponía un límite al mar, cuyas aguas no desbordaban
sus orillas; cuando asentaba los cimientos de la tierra, yo estaba junto a él,
como aprendiz, yo era su encanto cotidiano, todo el tiempo jugaba en su
presencia: con la esfera de la tierra, gozaba con los hijos de los
hombres»".
SEGUNDA
LECTURA: Rm 5, 1-5
Pablo nos anuncia, con profundidad teológica, a Dios Uno y Trino,
fuente de nuestra salvación y el que da sentido a nuestras vidas.
"Hermanos: Ya que hemos recibido la
justificación por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor
Jesucristo. Por Él hemos obtenido mediante la fe el acceso a esta gracia en que
estamos; y por Él nos gloriamos hasta de las mismas tribulaciones, sabiendo que
la tribulación produce constancia, la constancia, virtud probada, la virtud y
la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros
corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado".
PILDORITA
SALUDABLE
Ecl 6,
4: "Porque la pasión violenta destruye a quien la tiene y hace que los
enemigos se rían de él"
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