Fundado: 24-04-1904 Lima, 16-06-2013 / Año 109 - Nº 5671 - 4000 ejemplares

"LA LEY ES DURA, PERO ES LA LEY"
Al crecer y desarrollarse la humanidad vio la necesidad de especificar y concretar la ley natural escrita en su interioridad: "Haz el bien y rechaza el mal". Esto lo hizo poniendo por escrito una serie de normas para regular las relaciones entre los hombre y salvaguardar la conveniencia. A esto lo llamamos la Ley positiva humana. Con la aparición de la Biblia, encontramos en ella, la Ley positiva divina para regular nuestras relaciones con Dios y entre nosotros mismos. Se concretó en la promulgación de los 10 mandamientos. Pasando el tiempo y formándose los pueblos y las naciones, la ley positiva humana se ha ido especificando cada vez más Hoy nos encontramos con una enorme cantidad de leyes, enmarcadas todas en el Derecho Civil. Limitándonos a nuestro cristianismo, la encontramos en el DERECHO CANÓNICO. ¿Cuál su función? La de ser camino, guía, ayuda, medio positivo para mejorar nuestras relaciones con Dios y entre nosotros mismos.
La expresión "LA LEY ES DURA, PERO ES LA LEY", tiene validez, si es verdadero camino. No es la ley por la ley. Ella no tiene valor absoluto. Contrariamente se convierte en Ley injusta. Por tanto, se aplica al hombre total como ser inteligente, libre, lleno de afectividad y en el contexto de todas sus circunstancias, como decía José Ortega y Gasset (09-05-1883 – 18-10-1955), en su Meditaciones del Quijote. Ahora bien, nos encontramos ante dos comportamientos. El de los hombres, apartados de Dios. Ellos aplican la ley "sin mirar a quien", objetivamente, sin importarles las circunstancias que podrían disminuir la responsabilidad; peor aún, si está viciada por otros intereses, por coimas y corrupciones. Se hace cumplir una ley injusta condenando al inocente y absolviendo al culpable.
¡Qué diferente la aplicación de la ley de Jesús, y de la Iglesia Católica! El ejemplo lo tenemos en este episodio del Evangelio de hoy. Los "hombres" juzgan a la mujer pecadora, sin tener en cuenta su situación, sus intenciones, su contexto de vida. Por eso la condenan y se sienten triunfadores.
No así Jesús. La juzga dentro de su realidad total. Le interesa su actitud interior y por eso la PERDONA MISERICORDIOSAMENTE: "PORQUE HAZ AMADO MUCHO, SE TE PERDONA MUCHO, ANDA Y NO PEQUES MÁS".

CUANDO JUZGAS AL PRÓJIMO ¿CONDENAS, O PERDONAS? ¿POR QUÉ?

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