Fundado: 24-04-1904 Lima, 07-07-2013 / Año 109 - Nº 5674 - 4000 ejemplares

¡¿MARKETING?!
Es de admirar cómo el mundo empresarial se desarrolla para mejorar sus empresas. Su finalidad es la de servir mejor al cliente perfeccionando su producto y lograr mejores ganancias. Así, van apareciendo varias estrategias para lograrlo:
El marketing o mercadotecnia para mejorar el producto y la oferta. La Calidad total, o la Excelencia (TQM = Total Quality Management), como "Estrategia de Gestión", o "Gerencia de Calidad Total". El Control de calidad, para evitar todo error y perfeccionar el producto. El Empoderamiento, que abarca una extensa gama de significados, interpretaciones, definiciones, disciplinas que van desde la psicología y la filosofía hasta la muy comercializada industria de automotivación y las ciencias de la motivación. Es decir, una gran preocupación para capacitar al personal, en vista de la mejora del producto y de su mejor y eficaz oferta y consumo. La Certificación para una Acreditación. La Certificación, es el procedimiento por el que un organismo da una garantía por escrito, de que un producto, un proceso o un servicio están conforme a los requisitos especificados. La Acreditación, confirma oficialmente de su legitimidad.
¿Seguirán apareciendo otras estrategias? Creo que sí. Lo curioso es que ésta terminología estratégica la va asumiendo el campo Eclesial-Religioso, para mejorar la consistencia formativa de los sacerdotes, religiosos y laicos comprometidos en vista de mejorar los frutos de la Evangelización y de la Pastoral en todas sus áreas. Desde el punto de vista metodológico está muy bien; pero no deberemos descuidar lo esencial del contenido Religioso-Revelativo que constituye el CRISTIANISMO. El peligro: querer hacer depender la Eficacia Redentora en los métodos y las estrategias, olvidando la GRACIA DE LA CONVERSIÓN, LA VIDA DE DIOS EN EL ALMA. Recordemos el refrán: "NADIE DA LO QUE NO TIENE".
El Evangelio de hoy nos dice que la Evangelización no es fruto del marketing, etc., etc. y etc., sino de la conversión personal y adhesión a Cristo de los Evangelizadores, sin descuidar su preparación metodológica: "Al árbol se le conoce por sus frutos"; "Todo árbol bueno da frutos buenos".

¡NO LO OLVIDEMOS!

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