"¡HAY
QUE ESTAR MOSCA!"
Con
"la batería bien cargada y enchufada", dirían los "vivos".
Existe una tónica en nuestra idiosincrasia peruana. Es la IMPROVISACIÓN. Es casi un mal endémico. Lo
arrastramos de siglo en siglo. Basten algunos ejemplos: "Ad portas"
para inaugurar la temporada del verano, recién nos damos cuenta que las playas
están sucias y contaminadas. Llegan las lluvias en la sierra y tomamos
conciencia que las orillas de los ríos no tienen defensas, que las quebradas
están llenas de piedras, que están invadidas por gente necesitada (¡ojala!) de
vivienda. Sólo cuando revientan los huaycos, se empieza a trabajar y a reubicar
a las personas. Nuestros hijos-alumnos han recibido la herencia: el día
anterior al examen, empiezan a estudiar... o mejor aún, a preparar las
"copias". Nos vamos de viaje y el día anterior es "toda una locura" para
arreglar las cosas; por eso, algunas veces nos olvidamos hasta del "pasaje",
del pasaporte, o peor, de "la plata". Cuando el malestar, la fiebre,
los dolores llegan a su extremo, entonces llamamos al médico, vamos a los
hospitales... y de ahí al velatorio. Empiezan los campeonatos deportivos... y empiezan
los entrenamientos. De allí el dicho: "Jugamos
como nunca y perdimos como siempre". Amenaza el terrorismo, un
conflicto bélico, y RECIÉN empezamos
a reparar nuestro armamento (si es que lo tenemos), a reclutar a nuestra
muchachada a quien le sobra entusiasmo, ardor y patriotismo; pero..., "NAAA QUE VER", en eficacia y
preparación... Y podríamos seguir con el bla,
bla, bla.
Menos
mal que, a lo largo de la historia, han existido grandes excepciones. Muchas
personas responsables se han educado para PREVEER
y PREPARARSE. Hoy, la misma sociedad en todos sus frentes, va capacitando a
su gente con cursos de planificación, de proyectos, de certificación para una
conveniente acreditación, a fin de erradicar esta lacra de LA
IMPROVISACIÓN.
Jesús en su Evangelio, nos da la solución.
La vida eterna no se improvisa. Se va preparando poco a poco en esta vida: "Estén preparados, porque a la hora
que menos piensen viene el Hijo del hombre". ¡PIÉNSALO, HERMANO!
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