Lima, 04-08-2013 / Año 109 - Nº 5678

EVANGELIO: Lc 12, 13-21
El Evangelio cuestiona nuestras vidas en torno al Reino de Dios y nos advierte para no dejarnos caer en lo superficial y en lo intrascendente.
"En aquel tiempo, dijo uno del publico a Jesús: «Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia». Él le contestó: «Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre ustedes?» Y dijo a la gente: «Miren: guárdense de toda clase de codicia. Que por más rico que uno sea, la vida no depende de los bienes». Y les propuso una parábola: «Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y se puso a pensar: '¿Qué haré? No tengo dónde almacenar la cosecha'. Y se dijo: 'Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mi mismo: Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida'. Pero Dios le dijo: 'Necio, esta misma noche vas a morir. Lo que has acumulado, ¿para quién será?' Así le sucede al que amontona riquezas para sí mismo y no es rico a los ojos de Dios".
1. ¿CÓMO DEFINIRÍAS LA PALABRA "CODICIA"? DA ALGUNOS EJEMPLOS DE CODICIA.
2. ¿CUÁL ES EL MENSAJE DE LA "PARÁBOLA"?
3. ¿HAY RICOS BUENOS Y RICOS MALOS? DA EJEMPLOS DE LA VIDA DIARIA.
EL PAPA FRANCISCO:
"JÓVENES NO TENGAN MIEDO DE SER GENEROSOS CON CRISTO, DE DAR TESTIMONIO DEL EVANGELIO"
Río de Janeiro, 28 de julio del 2013 - Zenit.org
Homilía en la Misa de Clausura de la Jornada Mundial de la Juventud
Queridos hermanos y hermanas, queridos jóvenes:
«Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Con estas palabras, Jesús se dirige a cada uno de ustedes diciendo: «Qué bonito ha sido participar en la Jornada Mundial de la Juventud, vivir la fe junto a jóvenes venidos de los cuatro ángulos de la tierra, pero ahora tú debes ir y transmitir esta experiencia a los demás». Jesús te llama a ser discípulo en misión. A la luz de la palabra de Dios que hemos escuchado, ¿qué nos dice hoy el Señor? Tres palabras: VAYAN, SIN MIEDO, PARA SERVIR.
VAYAN. Aquí en Río, han experimentado la belleza de encontrar a Jesús y de encontrarlo juntos, han sentido la alegría de la fe. La experiencia de este encuentro no puede quedar encerrada en su vida o en el pequeño grupo de la parroquia, del movimiento o de su comunidad. Sería como quitarle el oxígeno a una llama que arde. La fe es una llama que se hace más viva cuanto más se comparte, se transmite para que todos conozcan, amen y profesen a Jesucristo, que es el Señor de la vida y de la historia (Rm 10,9). Pero ¡cuidado! Jesús, no ha dicho: si quieren, si tienen tiempo vayan, sino que dijo: "Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos". Compartir la experiencia de la fe, dar testimonio de la fe, anunciar el evangelio es el mandato que el Señor confía a toda la Iglesia, también a ti; es un mandato que no nace de la voluntad de dominio, de la voluntad de poder, sino de la fuerza del amor, del hecho que Jesús ha venido antes a nosotros y nos ha dado, no nos dio algo de sí, sino se nos dio todo él, él ha dado su vida para salvarnos y mostrarnos el amor y la misericordia de Dios. Jesús no nos trata como a esclavos, sino como a personas libres, amigos, hermanos; y no sólo nos envía, sino que nos acompaña, está siempre a nuestro lado en esta misión de amor.
"LUMEN FIDEI"
CARTA ENCÍCLICA DEL PAPA FRANCISCO (Resumen)
2. CAPÍTULO PRIMERO: HEMOS CREÍDO EN EL AMOR (1ªJn 4,16).
El Papa explica: Dado que la fe nos abre el camino y acompaña nuestros pasos a lo largo de la historia para entender lo que es tenemos que considerar el camino de los creyentes entre los que destaca Abrahán, a quien Dios le dirige la Palabra, revelándose como un Dios capaz de entrar en contacto con el hombre y establecer una alianza con él (n.8). Lo que esta Palabra comunica a Abrahán es una llamada a salir de su tierra, una invitación a abrirse a la promesa de una vida nueva: ser padre de un gran pueblo (Gn 13,16; 15,5; 22,17) (n.9). Lo que se pide a Abrahán es que se fíe de esta Palabra, que es lo más seguro e inquebrantable. "El hombre es fiel creyendo a Dios que promete -escribe san Agustín-; Dios es fiel dando lo que promete al hombre" (Sal. 32, II) (n.10). El Dios que pide a Abrahán que se fíe totalmente de él, es aquel que es origen de todo y que todo lo sostiene (n11). En el libro del Éxodo la historia del pueblo de Israel sigue la estela de la fe de Abrahán hacia la tierra prometida (n.12). Un pueblo, sin embargo, que ha caído muchas veces en la tentación de la incredulidad prefiriendo adorar al ídolo fabricado por el hombre. "La idolatría no presenta un camino, sino una multitud de senderos que no llevan a ninguna parte, y forman más bien un laberinto. Quien no quiere fiarse de Dios se ve obligado a escuchar las voces de tantos ídolos que le gritan: «Fíate de mi» (n.13).
Continuará...

ESPOSOS EN EL CONCIERTO
- Mi amor, ¿qué viene después de PLÁCIDO DOMINGO?

- EL LUNES, mi vida... ¡A trabajar!

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