CADA UNO
BAILA CON SU PAÑUELO
Esta
expresión podría significar: "Cada quien ve sólo por sí mismo", "cada uno
está metido en sus propios asuntos y no le interesa los asuntos de los
demás". Esta actitud va creciendo en la medida en que los
límites de nuestra existencia se encierran en lo espacio-temporal, en este
mundo impidiendo toda posibilidad de trascendencia. Nacemos aquí, vivimos acá,
nos desarrollamos y morimos en esta nuestra patria terrenal. Si es así, hay que
"sacarle el mayor provecho para nuestra vida personal". De otro modo,
perderemos tiempo. Pero la realidad es otra, constatamos que nada ni nadie
podrán satisfacernos completamente. Seguiremos anhelando algo más; siempre con
mayor apetito. En la medida en que más nos concentremos en nosotros mismos, en
esa medida nos sentiremos insatisfechos. Hoy, lamentablemente, el contexto existencial y
experiencial de nuestra vida nos lleva a centrarnos en nosotros mismos,
despreocupándonos de los demás, empezando con nuestras propias familias. El resultado:
nos sentimos cada vez más SOLOS, VACÍOS, INSATISFECHOS. Esta situación es
"el caldo de cultivo" del mal de nuestro siglo: LA TERRIBLE Desilusión Y DEPRESIÓN, que acaba
muchas veces con el suicidio. JESÚS, con sus parábolas de la misericordia, nos
invita a salir de nosotros, a solidarizarnos, a preocuparnos de los demás, a
ayudarnos, socorrernos, consolarnos, tomar conciencia de que no estamos solos y
que todos, viviendo interiormente esta problemática, nos sentimos llamados a la
verdadera felicidad, a la verdadera vida en Dios. Esta conducta tí la asumieron los
que encontraron a Cristo en sus vidas: Los hombres y mujeres de bien, los que empezaron
a comprometerse con los más necesitados, los héroes, los santos. Y, si quieres,
Hoy, TAMBIÉN TÚ.
CONCLUSIÓN: una vez vivida la
experiencia de la entrega, NO LA
DEJARÁS JAMÁS.
¿Qué
hacer? ESFORZARTE
POR VIVIRLA. LA ENTENDERÁN ,
SÓLO LOS QUE SE SAMBULLAN EN ELLA. ¡PRUÉBALO, HOY MISMO, HERMANO!
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