Fundado: 24-04-1904 Lima, 20-10-2013 / Año 109 - Nº 5689 - 4000 ejemplares

NUESTRA IDIOSINCRASIA = PEDIR, PEDIR Y PEDIR
Por lo general, nuestro modo de ser es EL PEDIR, PEDIR Y PEDIR. Apenas tenemos una necesidad, o necesitamos un "trabajito", o un "puestito", o una "chambita", recurrimos a este nuestro modo de comportarnos. Como si fuera nuestro infalible medio para conseguir las cosas. Así se originan los famosos "Tarjetazos", las "varas", las "Recomendaciones", las Influencias", los "Padrinazgos", el "Favor con favor se paga". El "Hoy a ti, mañana a mí". Hasta cuando pedimos algo, lo hacemos por teléfono, celu, hot mail, chat, etc., y lo hacemos con un tonito lastimero y casi llorando. Y el resultado: obtenemos lo que buscamos, y es "buenazo". Conseguimos lo que pedimos, a como dé lugar, mereciéndolo, o no. Estando capacitados, o no. Lo importante es obtener lo que pedimos, deseamos y anhelamos.
HOY, EL EVANGELIO nos anima para que nuestras relaciones con Dios estén en esta línea; pero para que nos acostumbremos a rezarle, a conversar con él, y no sólo para pedirle, sino para reconocerlo como nuestro Padre, como nuestro Abbá. Jesús así nos lo enseña. San Pablo nos lo evidencia diciendo: "... Han recibido un espíritu de hijos adoptivos que nos hace exclamar ¡Abbá, Padre! El Espíritu mismo se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos: herederos de Dios y coherederos de Cristo, ya que sufrimos con Él, para ser también con Él glorificados" (Rm 8, 15-17).
En el dialecto arameo, Abbá es una expresión familiar. Significa QUERIDO PAPÁ. Yo me atrevería a traducirlo poniéndolo en la boca de las "chiquillas": "Mi papito lindo". Y en la de los "chibolos": "Mi viejo, mi querido viejo, mi viejito del alma". ¿Existe alguna religión, fuera de la nuestra, que se relacione con su Dios de este modo? Pues, así nos lo enseñó Jesús. Por eso debemos entender que estamos en la familia de Dios en donde hay cariño, ternura, sobre todo, comprensión;      y también exigencia como en cualquier buena familia humana. Surge entonces    en nuestro interior una seguridad de hijos, que nos da la confianza de obtener los favores de su "Papito lindo". ¿LO PENSATE ALGUNA VEZ?

No hay comentarios: