¡ALÁBATE
COLES, QUE NADIE TE ALABA!
En
nuestro argot, "Alábate coles, que nadie te alaba". Lo escuchamos con
frecuencia. ¿Por qué? Creo que muchos estamos tan ensimismados que, sin darnos
cuenta, siempre nos ponemos al centro de todo. Queremos ser protagonistas.
Tenemos el afán "hasta convulsivo" de hacernos ver. Un afán enfermizo
de sobresalir, de estar en la pantalla. Hasta somos "teatreros", para
exhibirnos. Si no lo conseguimos, estamos en peligro de caer en la terrible
"DEPRE". Menos mal que la mayoría es normal y SE ACEPTA CON LO BUENO Y LO MALO QUE TIENE.
Los
primeros "caen mal", "recontra mal". Acaban por ser
rechazados. Los segundos, son bien aceptados y hasta logran ser apreciados y
escuchados.
La
parábola de hoy es formidable. Su enseñanza es magistral y su sentencia es
indiscutible. Ya en el campo humano, es aceptado el sencillo, el realista, el
que está en la verdad; y es rechazado el "sobrado", el
"presumido", el "sabelotodo", el "petulán", el
"panudo", "el ya no ya" ' el "más más". Cristo
sólo confirma que justamente ese es el pensamiento que tiene Dios:
"TODO
EL QUE SE ENGRANDECE SERÁ HUMILLADO, Y EL QUE SE HUMILLA SERÁ
ENGRANDECIDO".
HERMANO,
¿DETRÁS DE QUIÉN TE ALINEAS?
No hay comentarios:
Publicar un comentario