Fundado: 24-04-1904 Lima, 27-10-2013 / Año 109 - Nº 5690 - 4000 ejemplares

¡ALÁBATE COLES, QUE NADIE TE ALABA!
En castellano los refranes suenan así: "Alabaos, coles, que hay nabos en la olla". "Alábate asno, que te crece el rabo". "Alábate, Juan; que si no la haces tú, nadie lo hará".
En nuestro argot, "Alábate coles, que nadie te alaba". Lo escuchamos con frecuencia. ¿Por qué? Creo que muchos estamos tan ensimismados que, sin darnos cuenta, siempre nos ponemos al centro de todo. Queremos ser protagonistas. Tenemos el afán "hasta convulsivo" de hacernos ver. Un afán enfermizo de sobresalir, de estar en la pantalla. Hasta somos "teatreros", para exhibirnos. Si no lo conseguimos, estamos en peligro de caer en la terrible "DEPRE". Menos mal que la mayoría es normal y SE ACEPTA CON LO BUENO Y LO MALO QUE TIENE.
Los primeros "caen mal", "recontra mal". Acaban por ser rechazados. Los segundos, son bien aceptados y hasta logran ser apreciados y escuchados.
La parábola de hoy es formidable. Su enseñanza es magistral y su sentencia es indiscutible. Ya en el campo humano, es aceptado el sencillo, el realista, el que está en la verdad; y es rechazado el "sobrado", el "presumido", el "sabelotodo", el "petulán", el "panudo", "el ya no ya" ' el "más más". Cristo sólo confirma que justamente ese es el pensamiento que tiene Dios:
"TODO EL QUE SE ENGRANDECE SERÁ HUMILLADO, Y EL QUE SE HUMILLA SERÁ ENGRANDECIDO".

HERMANO, ¿DETRÁS DE QUIÉN TE ALINEAS?

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