EVANGELIO: Mt 3, 13-17
"En
aquel tiempo, fue Jesús de Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo
bautizara. Pero Juan intentaba impedírselo, diciendo: «Yo soy el que necesito
que tú me bautices, ¿y tú acudes a mí?». Jesús le contestó: «Déjalo así por
ahora. Está bien que cumplamos todo lo que Dios quiere». Entonces Juan se lo
permitió. Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrió el cielo y vio que
el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una voz
del cielo que decía: «Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto»".
2. ¿DIOS
HACE DISTINCIONES ENTRE LAS PERSONAS PARA OFRECERLES EL BAUTISMO Y SU
PATERNIDAD INFINITA?
3. ¿POR
QUÉ JUAN BAUTISTA SIENDO HOMBRE, BAUTIZA A JESÚS QUE ES HIJO DE DIOS?
"LA FRATERNIDAD ,
FUNDAMENTO Y CAMINO PARA LA PAZ "
JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ 2014 - Vaticano, 12 Diciembre 2013 10:39 a.m. -
ACI
2. "Y TODOS USTEDES SON HERMANOS" - Mt
23, 8
Para
comprender la vocación del hombre a la fraternidad, para conocer los obstáculos
que se interponen y descubrir los caminos para superarlos, es fundamental la Sagrada Escritura.
Según
el Génesis, todos los hombres proceden de Adán y Eva, pareja creada por Dios a
su imagen y semejanza (Gn 1,26), de los cuales nacen Caín y Abel. En esta
primera familia leemos la génesis de la sociedad y de las relaciones entre las
personas y los pueblos.
Abel
es pastor; Caín, labrador. Su identidad y vocación, es ser hermanos, en la
diversidad de su actividad y cultura, de su modo de relacionarse con Dios y con
la creación. Pero el asesinato de Abel por Caín constata el rechazo radical de
la vocación a ser hermanos.
Su
historia (Gn 4,1-16) evidencia la dificultad a vivir unidos, preocupándose los
unos de los otros. Caín, al no aceptar la predilección de Dios por Abel, que le
ofrecía lo mejor de su rebaño -"el Señor se fijó en Abel y en su ofrenda,
pero no se fijó en Caín ni en su ofrenda" (Gn 4,4-5)-, mata a Abel por
envidia.
Se
niega a reconocerlo como hermano, a relacionarse positivamente con él, a vivir
ante Dios asumiendo sus responsabilidades de cuidar y proteger al otro. A la
pregunta "¿Dónde está tu hermano?", con a que Dios interpela a Caín
pidiéndole cuentas por lo que ha hecho, él responde: No lo sé; ¿acaso soy yo el
guardián de mi hermano?" (Gn 4,9). Después -nos dice el Génesis-
"Caín salió de la presencia del Señor" (4,16).
Hemos
de preguntarnos por los motivos profundos que han llevado a Caín a dejar de
lado el vínculo de fraternidad, de reciprocidad y de comunión que lo unía a su
hermano Abel. Dios mismo denuncia y recrimina a Caín su connivencia con el mal:
"El pecado acecha a la puerta" (Gn 4,7). No obstante, Caín no lucha
contra el mal y decide igualmente alzar la mano contra su hermano Abel"
(Gn 4,8), rechazando el proyecto de Dios. Frustra así su vocación originaria de
ser hijo de Dios y a vivir la fraternidad.
El
relato de Caín y Abel nos enseña que la humanidad lleva inscrita en sí una
vocación a la fraternidad, pero también la de su traición. Da testimonio de
ello el egoísmo cotidiano, que está en el fondo de tantas guerras e
injusticias: muchos hombres y mujeres mueren a manos de hermanos y hermanas que
no saben reconocerse como tales, es decir, como seres hechos para la
reciprocidad, para la comunión y para el don.
Continuará...
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