Celebramos
la fiesta de la
Presentación del Señor donde Simeón, el anciano profeta,
recibe a Jesús niño en el Templo reconociendo en él al Salvador de su pueblo y
la luz que alumbrará las naciones. La Iglesia es el nuevo Templo que hace posible el
descubrimiento de Cristo y que lo conozcamos como la luz que alumbra a las
naciones, como el Sumo Sacerdote, capaz de compadecerse de los hombres, sus
hermanos.
PRIMERA
LECTURA: Ml 3, 1-4
La búsqueda de Dios requiere una profunda actitud de humildad y
realismo sobre lo que somos y hacemos.
"Así dice el Señor: «Miren, yo envío a
mi mensajero para que prepare el camino ante mí. En seguida entrará en el
santuario del Señor a quien ustedes buscan, el mensajero de la alianza que
ustedes desean. Ya llega, dice el Señor de los ejércitos. ¿Quién podrá resistir
el día de su venida? ¿Quién quedará en pie cuando aparezca? Será un fuego de
fundidor, una lejía de lavandero: se sentará como un fundidor que refina la
plata, como a plata y oro refina a los hijos de Leví y presentarán al Señor la
ofrenda conforme a la justicia. Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y
de Jerusalén. Entonces agradará al Señor la ofrenda conforme a la justicia.
Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén como en los días
pasados, como en los años antiguos»".
SEGUNDA LECTURA:
Hb 2, 14-18
Se nos recuerda que el sentido de nuestra vida está en Dios y no en
nuestras categorías humanas que discriminan, marginan y distancian.
"Hermanos: Ya que los hijos tienen una misma
sangre y una misma carne, Jesús también debía participar de esa condición, para
reducir a la impotencia, mediante su muerte, a aquel que tenía el dominio de la
muerte, es decir, al demonio, y liberar de este modo a todos los que vivían
completamente esclavizados por el temor de la muerte. Que él no vino para
socorrer a los ángeles, sino a los descendientes de Abraham. En consecuencia,
debió hacerse semejante en todo a sus hermanos, para llegar a ser un Sumo
Sacerdote misericordioso y fiel en el servicio de Dios, a fin de expiar los
pecados del pueblo. Y por haber experimentado personalmente la prueba y el
sufrimiento, él puede ayudar a aquellos que están sometidos a la prueba".
Eclo 7, 3:
"No siembres en surcos de injusticia, si no quieres cosechar de ella siete
veces más"
"SIGNO
DE CONTRADICCIÓN": LA PERSECUCIÓN POR.. .
Por estar en la verdad, la justicia, la solidaridad, la
comprensión, en el bien, por la promoción de la paz y la fraternidad...
Un ciego le pregunta a un cojo:
Y el cojo le responde al ciego:
¡Pues, ya "VES" como ando!
Ja, ja, ja...
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