EVANGELIO: Mt 5, 13-16

"En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Ustedes son la sal de la tierra.
Pero si la sal se vuelve insípida, ¿con qué la salarán? No sirve más que para
tirarla fuera y que la pise la gente. Ustedes son la luz del mundo. No se puede
ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una
lámpara para meterla debajo de un cajón, sino para ponerla en el candelero y
que alumbre a todos los de la casa. Del mismo modo, alumbre su luz delante de
los hombres para que vean sus buenas obras y den gloria a su Padre que está en
el cielo".
2. ¿Y CUÁL,
EL SIMBOLISMO DE LA LUZ EN LA
VIDA DEL CRISTIANO?
3. ¿ES
SOBERBIA MOSTRAR LAS BUENAS OBRAS? ¿CUÁNDO ESTAS OBRAS BUENAS ALAGARÍAN NUESTRA
VANIDAD?
"LA FRATERNIDAD ,
FUNDAMENTO Y CAMINO PARA LA PAZ "
6. EL
REDESCUBRIMIENTO DE LA FRATERNIDAD EN
LA ECONOMÍA
Las graves
crisis financieras y económicas, originadas por el progresivo alejamiento del
hombre de Dios y del prójimo, en la búsqueda insaciable de bienes materiales,
y en el empobrecimiento
de las relaciones interpersonales y comunitarias, han llevado a
muchos a buscar el bienestar, la felicidad y la seguridad en el consumo y la
ganancia más allá de la lógica de una economía sana.
En 1979
Juan Pablo II advertía del "peligro real y perceptible de que, mientras avanza
el dominio del hombre sobre el mundo, pierda los hilos esenciales de este dominio
suyo, y de diversos modos su humanidad quede sometida a ese mundo, y
él mismo se haga objeto de múltiple manipulación, aunque a veces no
directamente perceptible, a través de toda la organización de la vida comunitaria,
del sistema de producción, de la presión de los medios de comunicación
social".
Las
sucesivas crisis económicas deberían llevarnos a revisar los modelos de desarrollo
económico y a un cambio en los estilos de vida. La crisis actual, con graves
consecuencias para la vida, puede ser una ocasión para recuperar las virtudes
de la prudencia, de la templanza, de la justicia y de la fortaleza.
Estas
virtudes
nos pueden ayudar a superar los momentos difíciles y a redescubrir los vínculos
fraternos que nos unen, con la profunda confianza de que el hombre tiene necesidad y es capaz de algo
más que desarrollar al máximo su interés individual. Sobre todo,
estas virtudes son
necesarias para construir y mantener una sociedad a medida de la dignidad
humana.
Continuará...
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