EVANGELIO: Mt 4, 1-11.
"En
aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado
por el diablo. Y después de ayunar 40 días con sus 40 noches, al fin sintió
hambre. El tentador se le acercó y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di que estas
piedras se conviertan en panes». Pero él le contestó diciendo: «Está escrito: 'No
sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios'».
Entonces el diablo lo lleva a la ciudad santa, lo pone en la parte más alta del
templo, y le dice: «Si eres el Hijo de Dios, tírate porque está escrito:
'Encargará a sus ángeles que cuiden de ti, y te sostendrán en sus manos, para
que tu pie no tropiece con las piedras'». Jesús le dijo: «También está escrito:
'No tentarás al Señor, tu Dios'». Después el diablo lo lleva a una montaña
altísima y, mostrándole los reinos del mundo y su gloria, le dijo: 'Todo esto
te lo daré, si te postras y me adoras'. Entonces le dijo Jesús: «Vete, Satanás,
porque está escrito: 'Al Señor tu Dios, adorarás y a él sólo darás culto'».
Entonces lo dejó el diablo, y se acercaron los ángeles y le servían".
2. ¿QUÉ
SIGNIFICA EL NÚMERO 40 EN LA
BIBLIA ?
3. ¿POR QUÉ FUERON 3 TENTACIONES Y NO MÁS? ¿TIENE ALGÚN
SIGNIFICADO? ¿CÓMO LO APLICARÍAMOS A NUESTRAS VIDAS?
"LA FRATERNIDAD ,
FUNDAMENTO Y CAMINO PARA LA PAZ "
10. CONCLUSIÓN
La
fraternidad tiene que ser descubierta, amada, experimentada, anunciada y testimoniada.
Sólo el amor de Dios nos permite acoger y vivir plenamente la fraternidad.
La política y la economía no pueden reducirse a un tecnicismo privado de
ideales, ignorando la trascendencia del hombre. Cuando falta esta, toda
actividad humana se vuelve más pobre y las personas quedan reducidas a objetos
de explotación. Con Ella, La política y la economía conseguirán estructurarse sobre
un espíritu de caridad fraterna y podrán ser instrumento eficaz de desarrollo
humano integral y de paz. En la Iglesia somos miembros los unos de los otros, y
nos necesitamos porque se nos ha dado una gracia según la medida del don de
Cristo, para la utilidad común (Ef
4,7.25; 1Co 12,7). Cristo nos traído la Gracia Divina , la
participación en su vida. Esto facilita las relaciones fraternas, basadas en la
reciprocidad, en el perdón, en el don total de sí, según el amor de
Dios, ofrecido a la humanidad por Cristo crucificado y resucitado, atrayéndonos
a todos a sí: "Les
doy un mandamiento nuevo: que se amen unos a otros; como yo les he amado,
ámense también entre ustedes. La señal por la que conocerán todos que son
discípulos míos será que se aman unos a otros" (Jn 13,34-35). Cristo se dirige a todos
los hombres. No quiere que nadie se pierda. "Dios no mandó a su Hijo al mundo para
condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él" (Jn
3,17). Lo hace sin forzar ni obligar a nadie a abrirle las puertas de su
corazón y de su mente. "El primero entre ustedes pórtese como el menor, y el
que gobierna, como el que sirve" -dice Jesucristo-, "yo estoy en
medio de ustedes como el que sirve" (Lc 22,26-27). Así pues, toda actividad debe ser de servicio a las
personas, especialmente a las más lejanas y desconocidas, El servicio es el alma de esa fraternidad que edifica la
paz. Que María, la
Madre de Jesús, nos ayude a comprender y a vivir cada día la
fraternidad que brota del corazón de su Hijo, para llevar paz a todos los
hombres en esta querida tierra nuestra.
Francisco. Vaticano,
8-12-2013.
CUARESMA
HISTORIA Ya desde el siglo I se celebraba la Pascua anual en las
Iglesias de Roma, Corinto, Asia Menor y Jerusalén. Era precedida por la
celebración de la Pasión
y Muerte del Señor los días previos, como días de ayuno y penitencia. Su historia
se remonta al
siglo IV en Roma. La primera referencia a una preparación de 40 días
para la Pascua
es de Eusebio
de Cesarea en el 332. La Cuaresma Romana (influye progresivamente en la Iglesia occidental) se configura a
partir de dos instituciones: El orden de los Catecúmenos y el de los Penitentes,
que ha marcado esta doble dimensión bautismal y penitencial de la
espiritualidad Cuaresmal. Ésta, constituye la última etapa del catecumenado de
adultos que recibían el sacramento del bautismo en la Vigilia Pascual En
los Domingos III, IV y V de Cuaresma se realizaban los escrutinios y
exorcismos. Los
pecadores públicos confesaban privadamente sus pecados ante el Obispo el
miércoles de Ceniza, ungiéndolos con ceniza e imponiéndoles una penitencia de
40 días. El rito de la reconciliación era el Jueves Santo, admitiéndolos
a la mesa Eucarística.
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