Lima, 06-04-2014 / Año 110 - Nº 5713

EVANGELIO: Jn 11, 1-45
La revelación que Cristo hace de su persona como Resurrección y Vida de los hombres y mujeres de este mundo, nos cuestiona sobre nuestra fe en Él.
"En aquel tiempo, Marta y María, hermanas de Lázaro, le mandaron decir a Jesús: «Señor, tu amigo está enfermo». Jesús dijo: «Esta enfermedad no acabará en la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella». Sin embargo, se detuvo 2 días más en ese lugar. Después dijo a sus discípulos: «Vayamos otra vez a Judea». Cuando llegó, Lázaro llevaba ya 4 días en el sepulcro. Apenas oyó Marta que Jesús llegaba, salió a su encuentro. María se quedó en casa. Le dijo Marta a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano. Pero estoy segura de que Dios te concederá cuanto le pidas». Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará». Marta respondió: «Ya sé que resucitará en la resurrección del último día». Jesús le dijo: «Yo soy la resurrección y la vida, El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá y todo aquel que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees tú esto? Ella le contestó: 'Sí, Señor. Creo firmemente que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo'», Jesús se conmovió mucho y preguntó: «¿Dónde lo han puesto?». Le contestaron: «Ven, Señor, y lo verás». Jesús se puso a llorar y los judíos comentaban: «De veras ¡Cuánto lo amaba!». Algunos decían: «¿No podría éste, que abrió los ojos al ciego de nacimiento, hacer que Lázaro no muriera?». Jesús se detuvo ante el sepulcro y dijo: «Quiten la losa». Marta le replicó: «Señor, ya huele mal, porque lleva 4 días». Le dijo Jesús: «¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?». Quitaron la piedra, Jesús levantó los ojos a lo alto y dijo: «Padre, te doy gracias porque me has escuchado. Yo ya sabía que tú siempre me escuchas; pero lo he dicho por esta muchedumbre que me rodea, para que crea que tú me has enviado». Luego gritó: «¡Lázaro, sal de ahí!». Y salió el muerto, atados con vendas las manos y los pies, y la cara envuelta con un sudario. Jesús les dijo: «Desátenlo, para que pueda andar». Muchos judíos que habían ido a casa de Marta y de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en Él".
1. ¿QUIÉNES ERAN LÁZARO, MARTA Y MARÍA? ¿QUÉ VÍNCULOS TENÍAN CON JESÚS?
2. ¿QUÉ SIGNIFICA LO QUE DIJO JESÚS: «YO SOY LA RESURRECCCIÓN Y LA VIDA»?
3. ESTE MILAGRO DE JESÚS ¿CONVIRTIÓ A TODOS LOS JUDÍOS?
PAPA FRANCISCO. EL CRISTIANO SIEMPRE EN BÚSQUEDA Y EN CAMINO
Homilía en Santa Marta, lunes 31 de marzo del 2014. (Síntesis).
EL TESTIMONIO DE LOS CREYENTES
1. Hay cristianos que se fían de las promesas de Dios y las siguen a lo largo de la vida. Hay otros, cuya vida de fe se estanca; y hay otros, aún convencidos de progresar y que, en cambio, hacen sólo "turismo existencial". El Papa hizo una distinción acerca de 3 tipos de creyentes, que tienen el común denominador de saber que la vida cristiana es un itinerario, pero que son divergentes en el modo de recorrerlo o no recorrerlo de ninguna manera. Ante todo, según Isaías, Francisco explicó que Dios siempre "antes de pedir algo, promete". Y añadió que su promesa es la de una vida nueva y la de una vida de "alegría". Aquí, dijo, está "el fundamento principal de la virtud de la esperanza: confiar en las promesas de Dios" -sabiendo que Él jamás "decepciona"- puesto que la esencia de la vida cristiana es "caminar hacia las promesas". Mientras después también están los cristianos que tienen la tentación de detenerse". "¡Tantos cristianos detenidos! Tenemos tantos detrás que tienen una esperanza débil. Sí creen que existe el Cielo y que todo irá bien. Está bien que lo crean, ¡pero no lo buscan! Cumplen los mandamientos, los preceptos: todo, todo... Pero están detenidos. El Señor no puede hacer de ellos levadura en su pueblo, porque no caminan. Y esto es un problema: los detenidos. Después hay otros entre ellos y nosotros, que se equivocan de camino: todos nosotros algunas veces nos hemos equivocado de camino, esto lo sabemos. El problema no es equivocarse de camino; el problema es no regresar cuando uno se da cuenta de haberse equivocado".
CUARESMA: SU ESPIRITUALIDAD

Son medios concretos para el dominio de nosotros mismos. Significa abstenerse, renunciar a lago. La Iglesia nos pide que practiquemos la abstinencia de carne los viernes de cuaresma, días penitenciales. El miércoles de Ceniza y el Viernes Santo son días de ayuno y abstinencia, obligatorios. Ambos expresan nuestra solidaridad con Cristo (Cristo se retiró al desierto para ayunar y cargar sobre sí los pecados de los hombres), con los que sufren y padecen pobreza e injusticia. Abstenerse de comida y bebida es sólo un símbolo para vencer toda intemperancia y satisfacción de nuestros cinco sentidos, y de nuestra alma: ayuno del pecado, del egoísmo, de la violencia, de la sensualidad, etc. Vivir la mortificación cotidiana de la vida ofreciendo a Dios con amor y paciencia todo lo que nos moleste y aceptando con humildad, gozo y alegría los contratiempos de la vida. De igual modo, sabiendo renunciar a ciertas cosas legítimas nos ayuda a vivir el desapego y del desprendimiento por el Reino de Dios. Todo esto debe estar acompañado por la recta intención y por la oración. De otro modo sería como un cuerpo sin alma.

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