Fundado: 24-04-1904 Lima, 01-06-2014 / Año 110 - Nº 5721 - 4000 ejemplares

¡PISA TIERRA, COMPADRE!
Pero de tanto "pisar tierra" nos olvidamos de levantarla cabeza y mirar al Cielo. El admirable desarrollo de la ciencia, de los medios de comunicación, del descubrimiento maravilloso del genoma humano, de lo asombroso del universo mundo, del origen, de su dimensión sin fin, en un movimiento expansivo hacia lo infinito, etc. nos hace sentir poderosos llegando casi a dominar las fuerzas de la naturaleza, entre ellas, la fuerza atómica. Lamentablemente, y esto es un misterio, CADA VEZ NOS SENTIMOS INCAPACES DE DOMINAR NUESTRAS PROPIAS FUERZAS INTERNAS. En lugar de dirigirlo todo al bien, lo encaminamos al mal ¿Acaso no somos los autores del narcotráfico, de la delincuencia, de la corrupción? Caemos, pues, en la más grande contradicción: descubrimos el inmenso valor de la vida humana... y tratamos de destruirla... empezando con el aborto, las guerras; tenemos el mundo en nuestras manos y queremos destruirlo. Creo que la razón es esta: Toda esta realidad del poderío humano, nos deslumbra, nos ensoberbece, nos hace superhombres, y ya no miramos al Cielo y caemos en la otra gran contradicción: ¡NEGANDO LA EXISTENCIA DE DIOS, NOS ENDIOSAMOS! Por eso, caemos en lo más nefasto de los crímenes... ¿Qué nos pasa? ¿Somos locos? Ya San Pablo nos lo había dicho: Teniendo la capacidad inteligente de conocer a Dios por sus obras, lo hemos negado: "Cambiando la gloria de Dios incorruptible por una representación en forma de hombre corruptible, de aves, cuadrúpedos, de reptiles. Por eso, Dios los entregó a las apetencias de su corazón... deshonraron entre sí sus cuerpos. Sus mujeres invirtieron las relaciones naturales por otras contra la naturaleza; igualmente los hombres...". Llenos de todo injusticia, perversidad, codicia, maldad, henchidos de envida, de homicidio, de contienda, de engaño, de malignidad, chismosos, detractores, enemigos de Dios, ultrajadores, altaneros, fanfarrones, ingeniosos para el mal, rebeldes a sus padres, insensatos, desleales, desamorados, despiadados..."(Rom 1, 18-32).
HOY, Jesús con su Ascensión a los Cielos, da la Misión a sus apóstoles de predicar la verdadera conversión por el perdón de los pecados, raíz de todos los males. Sólo allí encontraremos el sentido de nuestra vida humana, del por qué estamos en la tierra y del por qué TENDEMOS necesariamente a la VIDA ETERNA. Así, lograremos la paz interna y entre nosotros, la verdadera alegría, la verdadera convivencia, símbolo de la CONVIVENCIA ETERNA. De otro modo seguiremos viviendo en un infierno anticipado.

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