Lima, 11-05-2014 / Año 110 - Nº 5718

En medio de tanta oferta Jesús, nos previene contra "los ladrones y asaltantes", que buscan apropiarse de nuestra libertad y obtener sus beneficios. Las ovejas conocen la voz del pastor y le siguen, dice Jesús. Nos unimos a toda la Iglesia para celebrar este día la jornada mundial de Oración por las Vocaciones: pidamos al dueño de la mies que envíe obreros a su Mies.
PRIMERA LECTURA: Hch 2, 14a.36-41.
El éxodo de Jesús, su muerte y resurrección nos ha abierto a la posibilidad de poder acogernos a una nueva vida que transforma nuestro futuro y poder cruzar junto con Él hacia la plenitud de nuestra existencia.
"El día de Pentecostés, Pedro, de pie junto con los otros 11 apóstoles, pidió atención y les dirigió la palabra: «Sepan con plena seguridad todos los israelitas que al mismo Jesús, a quien ustedes crucificaron, Dios lo ha constituido Señor y Mesías». Estas palabras les traspasaron el corazón y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles: «¿Qué tenemos que hacer, hermanos?». Pedro les contestó: «Conviértanse y bautícense todos en nombre de Jesucristo para que se les perdonen los pecados, y recibirán el don del Espíritu Santo. Porque la promesa vale para ustedes y para sus hijos y, además, para todos los que llame el Señor, Dios nuestro, aunque estén lejos». Con éstas y otras razones les animaba y los exhortaba diciendo: «Pónganse a salvo de esta generación perversa». Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día se agregaron unas tres mil personas".
SEGUNDA LECTURA: 1Pe 2, 20b-25.
Se nos anima a seguir las huellas de Cristo, Buen Pastor, que dio su vida por sus ovejas y que nos llama a imitarlo en nuestro diario vivir en comunión con los hermanos.
"Queridos hermanos: Si obrando el bien, soportan ustedes el sufrimiento, esto es cosa bella ante Dios. Pues para esto han sido llamados, ya que también Cristo padeció por ustedes, dejándoles un ejemplo para que sigan sus, huellas. Él no cometió pecado ni encontraron engaño en su boca; cuando lo insultaban, no devolvía el insulto; en su pasión no profería amenazas; al contrario, se ponía en manos del que juzga justamente. Cargado por nuestros pecados subió al leño, para que, muertos al pecado, vivamos para la justicia. Sus heridas los han curado. Pues ustedes andaban antes como ovejas descarriadas, pero ahora han vuelto al pastor y guardián de sus vidas"

Eclo 7, 16: "No te creas más que los otros; recuerda que Dios no tarda en castigar"

Un día, un caballero, le dice al pordiosero que pedía limosna:
- ¿No le da vergüenza? ¡Póngase a trabajar!
Y el pobre le responde:
- ¡LE PEDÍ UNA LIMOSNA, NO SUS CONSEJOS!
Ja, ja, ja...

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