El
hombre de fe sabe "por dónde debe caminar": Jesús es el camino. Vivir
la Pascua es
ponerse en camino, iniciar la búsqueda, empezar a andar el camino, abrazar la
verdad y vivir la vida, que es Cristo. Él abrió un camino nuevo, propuso la
verdad, prometió la vida sin fin. Una perspectiva maravillosa a nuestro
alcance, con la ayuda de Dios "para quien no hay imposibles".
PRIMERA LECTURA: Hch 6, 1-7.
La
comunidad cristiana impulsada por el Espíritu y la Palabra , crece y se vuelve
comunidad servidora de los pobres, constructora de fraternidad como lo hizo su
Señor.
"En
aquellos días, al crecer el número de los discípulos, los de lengua griega se
quejaron contra los de lengua hebrea, diciendo que en la distribución diaria de
los alimentos no atendían a sus viudas, Los 12 convocaron al grupo de los
discípulos y les dijeron: «No nos parece descuidar la Palabra de Dios para
ocuparnos del servicio de las mesas. Por tanto, hermanos, escojan a 7 de
ustedes, hombres de buena fama, llenos de espíritu y de sabiduría, y los encargaremos
de esta tarea: nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de esta
tarea: nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la palabra». La
propuesta les pareció bien a todos y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y
de Espíritu Santo, a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás,
prosélito de Antioquía. Se los presentaron a los apóstoles y ellos después de
orar les impusieron las manos. La
Palabra de Dios iba extendiéndose, y en Jerusalén crecía
mucho el número de los discípulos; incluso muchos sacerdotes aceptaban la
fe".
SEGUNDA
LECTURA: 1Pe 2, 4-9.
Somos un pueblo elegido y el apóstol Pedro nos invita a tomar
conciencia de nuestro papel en la historia de la humanidad. El cristiano es
protagonista de su historia.
"Queridos hermanos: Acercándose al
Señor, la piedra viva desechada por los hombres, pero escogida y preciosa ante
Dios, también ustedes, como piedras vivas, entran en la construcción del templo
del Espíritu, formando un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios
espirituales que Dios acepta por Jesucristo. Dice la escritura: «Yo coloco en
Sión una piedra angular, escogida y preciosa; el que crea en ella no quedará
defraudado». Para ustedes, los creyentes, es de gran precio, pero para los
incrédulos, es la «piedra que desecharon los constructores: ésta se ha
convertido en piedra angular», y también en piedra de tropiezo y en roca donde
se estrellan. Y ellos tropiezan al no creer en la palabra: ése es su destino.
Ustedes son una raza elegida, un sacerdocio real, una nación consagrada, un
pueblo adquirido por Dios para proclamar las hazañas del que los llamó a salir
de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa".
Ecl 7, 17:
"Humilla más y más tu orgullo, pues al hombre lo esperan los gusanos. No
insistas demasiado en tu oración; encomiéndate a Dios y acepta lo que Él decida"
- ¿Aló? ¿Ya llegó JULIO allí?
- Todavía no, pues AÚN ESTAMOS EN MAYO.
Ja, ja, ja...
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