¡O CONMIGO,
O CONTRA MÍ!
Es de
admirar la obediencia y fidelidad de los súbditos a sus jefes, en algunos grupos
de "politiqueros", "mafiosos",
"narcotraficantes", "guerrilleros", "corruptos",
"del mal vivir", "bandas de bandidos", "rateros",
"asaltantes", "pandillas", etc. Descubrimos LA DEPENDENCIA , CASI
ESCLAVIZANTE, de los súbditos hacia la "autoridad",
llámese, jefe, caudillo, "capo", etc. ¿Y cuál es la RAZÓN ?: El propio provecho,
el "billete", la "plata", la "bola", "la
guita", la "merca"... Es decir, el enriquecimiento ilícito. ¿Y quiénes son los
paganos? La pobre gente; los inocentes (¿ingenuos,
caídos?); los buenos, los que confían, los positivos, los de buena voluntad,
los que "se juegan y sudan la camiseta", los que "quieren hacer
Patria". Y todo esto, ¿PARA QUÉ? Para el desarrollo de un refinado
egoísmo. Al final no queda nada, sólo el sabor de una gran desilusión, y de un
profundo vacío.
Ya Jesús lo
había dicho en el Evangelio: "Quien no recoge conmigo, desparrama". "No pueden
servir a dos señores...". "O están conmigo, o están contra mí".
Pero el sentido es totalmente otro. Él, como el Hijo de Dios, como el verdadero
Redentor del mundo, puede afirmarlo así, pues sólo Él, como Dios, puede llenar
nuestras ansias y expectativas con los verdaderos valores que nos dan la Vida Eterna y que nos
capacitan para la entrega total a los demás con plena generosidad.
Quien nos
lo hará entender, será sólo el Espíritu Santo. Par eso lo ha enviado el Padre: Para
depender totalmente de él, y así entregarnos a los demás, siendo testigos de la Resurrección de
Cristo. Por eso el Espíritu Santo nos regala sus 7 dones, para nuestro crecimiento
espiritual y para ser SUS ADMINISTRADORES, dándolos a los demás.
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