Fundado: 24-04-1904 Lima, 08-06-2014 / Año 110 - Nº 5722 - 4000 ejemplares


¡O CONMIGO, O CONTRA MÍ!
Es de admirar la obediencia y fidelidad de los súbditos a sus jefes, en algunos grupos de "politiqueros", "mafiosos", "narcotraficantes", "guerrilleros", "corruptos", "del mal vivir", "bandas de bandidos", "rateros", "asaltantes", "pandillas", etc. Descubrimos LA DEPENDENCIA, CASI ESCLAVIZANTE, de los súbditos hacia la "autoridad", llámese, jefe, caudillo, "capo", etc. ¿Y cuál es la RAZÓN?: El propio provecho, el "billete", la "plata", la "bola", "la guita", la "merca"... Es decir, el enriquecimiento ilícito. ¿Y quiénes son los paganos? La pobre gente; los inocentes (¿ingenuos, caídos?); los buenos, los que confían, los positivos, los de buena voluntad, los que "se juegan y sudan la camiseta", los que "quieren hacer Patria". Y todo esto, ¿PARA QUÉ? Para el desarrollo de un refinado egoísmo. Al final no queda nada, sólo el sabor de una gran desilusión, y de un profundo vacío.
Ya Jesús lo había dicho en el Evangelio: "Quien no recoge conmigo, desparrama". "No pueden servir a dos señores...". "O están conmigo, o están contra mí". Pero el sentido es totalmente otro. Él, como el Hijo de Dios, como el verdadero Redentor del mundo, puede afirmarlo así, pues sólo Él, como Dios, puede llenar nuestras ansias y expectativas con los verdaderos valores que nos dan la Vida Eterna y que nos capacitan para la entrega total a los demás con plena generosidad.
Quien nos lo hará entender, será sólo el Espíritu Santo. Par eso lo ha enviado el Padre: Para depender totalmente de él, y así entregarnos a los demás, siendo testigos de la Resurrección de Cristo. Por eso el Espíritu Santo nos regala sus 7 dones, para nuestro crecimiento espiritual y para ser SUS ADMINISTRADORES, dándolos a los demás.

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