¡YA QUIERO
VERTE A LOS DIECISÉIS AÑOS!
Le
decía un tío a su sobrino de trece años que le recriminaba su conducta muy
liberal y descarriada. No creo que sea LEY; pero como van las cosas, se va
cumpliendo lo del Evangelio: "Es más fácil el camino ancho que conduce a
la perdición que el estrecho que conduce a la salvación" (Mt 7, 13 14). No
es que "cualquier tiempo pasado sea mejor", pero así lo vamos
constatando (La
frase tiene por autor al político, militar y escritor español Jorge Manrique
(1440-1479). Incluyó tales palabras en las Copias sobre la Muerte de su Padre, el
caballero hispano don Rodrigo Manrique). Por otro lado, me parece que,
con la inmensa información de las redes sociales, el fenómeno sigue, sólo que
se hace público y con mayor intensidad, pues los estímulos malos, lo alimentan
sobremanera... Justamente cuando las plantitas son trasplantadas del almácigo
al terreno de cultivo, viene el cambio, más para el mal que para el bien. Esto
empieza cuando los padres de familia, deseosos de una mayor formación
intelectual, no tienen en cuenta, si en tal o cual centro educativo se IMPARTEN LOS
VALORES, que serán los que orientarán la vida moral de sus hijos. ¿DE QUÉ SIRVE
FORMAR LA CABEZA ,
Si NO FUNCIONA El CORAZÓN? ¿PODRÁ FORMARSE UNA PERSONA CON UNA ORIENTACIÓN SOLO LAICA?
La RELIGIÓN , se hace
imprescindible. ¿Y qué es la religión? Es la capacidad natural que tiene el hombre
INTELIGENTE, de relacionarse con su PRIMER PRINCIPIO, CON SU CREADOR. El solo principio
filosófico de "CAUSA Y EFECTO", IMPONE A LA MENTE ESTA ESENCIAL RELACIÓN
DEL HOMBRE CON SU ABSOLUTO, CON SU DIOS, LE LLAME COMO LE LLAME.
Lógicamente si negamos esta relación, de derecho natural, caemos en la
contradicción, de la que San Pablo ya nos hablaba en la carta a los Romanos (Rm
1,20-21): "Lo
invisible de Dios, desde la creación del mundo, se deja ver a la inteligencia a
través de sus obras: su poder eterno y su divinidad... "
HOY EL
EVANGELIO,
nos habla de la parábola del trigo y de la cizaña. Siguen sueltos los "lobos
vestidos de ovejas" que van sembrando en el alma de nuestros
jóvenes esa terrible cizaña de los falsos principios. Ellos, a su vez, se
convertirán en falsos sembradores, corrompiendo, a su vez, a sus compañeros ¿QUÉ HACER?
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