El
mal crece a ojos vista en medio del bien, "dentro y fuera" de
nosotros. Nuestro corazón experimenta los más nobles sentimientos y también las
más bajas pasiones. Con todo, el Señor, que es rico en misericordia, nos ha
colmado de una feliz esperanza, ya que después del pecado, da lugar al
arrepentimiento, a la conversión y a la reconciliación.
PRIMERA LECTURA: Sb 12,
13.16-19.
El libro
de la Sabiduría
nos invita a contemplar a Dios y su justicia, que supera nuestras categorías de
legalidad y de castigo. De Él viene la compasión y el perdón.
"Fuera
de ti, no hay otro Dios, que cuide todo, ante quien tengas que justificar tu
sentencia. Tu poder es principio de justicia, y tu soberanía universal te hace
perdonarlos a todos. Tú demuestras tu fuerza a los que dudan de tu gran poder,
y confundes el atrevimiento de los que no lo conocen. Tú, poderoso soberano,
juzgas con bondad y nos gobiernas con gran misericordia, porque puedes hacer
cuanto quieres. Obrando así, enseñaste a tu pueblo. Que el justo debe ser
compasivo, y diste a tus hijos la dulce esperanza porque, después del pecado,
das lugar al arrepentimiento".
SEGUNDA LECTURA: Rm 8,
26-27.
Pablo nos
sintoniza con el Espíritu Santo, quien habita en nosotros y actúa en lo más
profundo de nuestro ser, motivándonos a confiar al Padre nuestra vida y deseos.
"Hermanos:
El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos
orar como es debido, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos
que no se pueden expresar con palabras. Por su parte Dios, que examina los
corazones, sabe cuál es el deseo de ese Espíritu, que intercede por los
creyentes según la voluntad de Dios".
Eclo 7, 25:
"Casar a una hija es salir de preocupaciones, pero hay que dársela a un
hombre sensato"
- ¿Cuáles son los nombres de las 3 carabelas de Cristóbal Colón?
Cuando Jaimito iba a responder vio pasar a una chica por la
ventana, y respondió:
- SANTA MARÍA, QUÉ PINTA TIENE
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