Lima, 07-09-2008 / Año 104 - Nº 5421

DOMINGO XXIII TIEMPO ORDINARIO
La Palabra de Dios el día de hoy nos llama a ser concientes de la responsabilidad que tenemos el uno del otro. Todas nuestras acciones deben ser manifestación viva del gran mandamiento del amor. Jesús es la fuente de todo amor y está entre nosotros al reunirnos en su nombre.
1ª LECTURA: Ezequiel 33, 7-9
SI NO HABLAS AL MALVADO, TE PEDIRE CUENTA DE SU SANGRE

El profeta, es el centinela de un pueblo que avisa de los peligros. Y deberá convertir a los impíos y fortalecer a los justos. Como miembro de la comunidad nos encontramos unidos a otros y nuestra responsabilidad es mutua.
SALMO: 94,1-2.6-7.8-9
Respondemos: "Escuchemos la voz del Señor"
2ª LECTURA: Romanos 13, 8-10
AMAR ES CUMPLIR LA LEY ENTERA
San Pablo nos dice que el amor es el compendio y plenitud de la Ley. Todo lo que directa o indirectamente, va contra nuestro prójimo, es una falta contra el amor. El amor debe ser el que justifique todas nuestras acciones.
EVANGELIO: Mateo 18, 15-20
SI TE HACE CASO, HAS SALVADO A TU HERMANO
Jesús nos invita a la corrección fraterna. La comunidad comparte la responsabilidad de testimoniar el Evangelio y son los discípulos juntos quienes deben decidir cuando un miembro debe ser excluido de la comunión de la comunidad.
GENEALOGIA DE MARIA
Dice una leyenda que Adán y Eva, apenas fueron puestos en la tierra, se refugiaron en una cueva que sería la cueva de Belén, donde nació el Redentor. Sigue la leyenda, contando que después que Caín mató a Abel, Adán y Eva tuvieron otro hijo: Set del que procedió la genealogía de María y de Jesús. La especie humana fue extendiéndose por el mundo conocido y también fue perdiendo su cercanía a Dios, hasta que Dios los castigó con el diluvio. Pero la misericordia de Dios mandó a los profetas. Más tarde, Isaías anuncia que una virgen dará a luz al Salvador: Cristo. Dios suscitó a Moisés, que guió al Pueblo que Dios había escogido. Y Dios crea a María que según la leyenda, aparece, se anuncia, como una nubecilla sobre el monte Carmelo, que los hebreos llamaban "Viña de Dios"; monte lleno de gracia y majestad. Hasta que en Belén la Virgen anunciada desde el principio, aceptó la voluntad de Dios y nos dio al Cristo, el Salvador, al que adoramos y reconocemos como Dios y hombre verdadero. Parte es leyenda, pero la verdad es Cristo, que nació de María siempre Virgen, para llevarnos a su Reino de eterna felicidad.
"El católico alejado de la confesión, va de abismo en abismo, y cual débil planta sin reparo, expuesta al embate de los vientos, cae en los más deplorables excesos". Si esto es verdad para todo católico, con mayor razón vale para la juventud débil e inexperta. Don Bosco

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