Lima, 08-03-2009 / Año 105 - Nº 5447

SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA
Hermanos: Hoy es el segundo domingo de Cuaresma. Las lecturas nos presentan la urgencia de escuchar a un Dios que habla al hombre. El llamado del Padre a que se escuche la voz del Hijo resuena en el escenario de la Transfiguración. El ejemplo del patriarca Abraham que cumple con fe la "voz" de Dios nos alienta poderosamente desde el Antiguo Testamento. Abramos nuestros corazones a la Palabra de Dios, condición básica de toda conversión.
PRIMERA LECTURA: Génesis 22, 1-2.9-13.15-18
El SACRIFICIO DE ABRAHAM, NUESTRO PADRE EN LA FE
Abrahán señala la respuesta correcta ante un Dios que habla. ¡Qué dura prueba de esa fe cuando Dios le reclama a su hijo Isaac, fruto de la promesa del mismo Dios! El ejemplo de fe de Abraham encuentra aquí su punto culminante. Escuchemos este relato del libro del Génesis.
SALMO 115
Respondemos: "Caminaré en presencia del Señor"
SEGUNDA LECTURA: Romanos 8, 31b-34
DIOS NO PERDONO A SU PROPIO HIJO
El apóstol Pablo lanza la invitación a una total confianza en un Dios que nos perdona entregando a su propio Hijo a la muerte por nosotros.
EVANGELIO: Marcos 9, 2-10
ESTE ES MI HIJO AMADO
Marcos presenta el acontecimiento de la Transfiguración: una manifestación visible de la gloria de Cristo. Él es la voz que hay que escuchar porque será la voz suprema para el nuevo Pueblo de Dios.

PAN Y VINO – JESUS EN EL ALTAR
¡Qué hermosas custodias ha fabricado el hombre para exponer el Sacramento a la adoración de los fieles! Oro, plata, piedras preciosas dispuestas con arte en esas custodias que son verdaderos trabajos admirables. Él se lo merece de nuestra parte. Es el Dueño, Creador de todo ese caudal de belleza. Pero pienso que cuando veo la Hostia, Cuerpo de Cristo, y la eleva el sacerdote ante los fieles, y cuando veo ese Cáliz con el vino consagrado, Sangre de Cristo, y me lo muestran para la adoración, debo ser mejor que esas obras inertes, sin vida ... Y yo, ¿qué soy? ¿Qué soy para sostener en mis indignas manos al Señor, bajo la especie de pan y comerlo como precioso manjar?
El pecador recibe al Señor al que ofende. El pecador sostiene al Señor que siempre perdona.
La débil creatura que tiene entre sus manos al Todopoderoso. ¡Qué misterios! Anonada considerar tales circunstancias. Señor, mientras te tengo entre mis humanas manos, me siento tan extraño que todo mi ser se sume en la perplejidad. Sólo tu amor y tu perdón hacen posible lo que para nuestras inteligencias es algo inaudito. Hazme digno, Señor. Purifícame, para que te adore con manos inmaculadas.
DON BOSCO Y EL CORAZON EN LA BUSQUEDA DE DIOS
En el fondo del hombre que decide sus orientaciones más "razonables", Don Bosco descubría lo que él llamaba el "corazón". Esta palabra significa en sus escritos, según los diversos contextos, los sentimientos, la voluntad, el amor e, incluso, la expresión de toda el alma; o, hablando en términos actuales, la persona. Sustancialmente, para el Santo, tener buen corazón significa ser sensible, comprensivo, dispuestos a hacer el bien y a amar.

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