Lima, 15-03-2009 / Año 105 - Nº 5448

TERCER DOMINGO DE CUARESMA
Hermanos: Hoy veremos a Yahvé y aI pueblo elegido firmar un pacto, una alianza de amigos. El mismo Jesús, el Cristo crucificado, que predica Pablo, es el vivo ejemplo del auténtico culto a Dios: amar a Dios, cumpliendo su voluntad, y amar a los hermanos, dando la vida por ellos. Jesús, por su parte, quiere dejar las cosas claras y expulsa a los vendedores de animales y cambistas del Templo. Porque el verdadero culto a Dios ha ser ir siempre respaldado por el amor real a Dios y al prójimo.
PRIMERA LECTURA: Exodo 20, 1-17
LA LEY SE DIO POR MEDIO DE MOISES
En el texto del Éxodo nos encontramos con el famoso Decálogo, "los diez mandamientos". El pueblo acepta ser el pueblo de Dios y Éste le indica el camino a seguir para encontrar la liberación y la alegría de vivir. Es un camino donde hay que dar a Dios lo que es de Dios ya los hombres lo que es de los hombres.
SALMO: 115
Respondemos: "Señor, tú tienes palabras de vida eterna"
SEGUNDA LECTURA: 1ª Corintios 1, 22-25
PREDICAMOS A CRISTO CRUCIFICADO
San Pablo, buen conocedor de Cristo; de su vida, muerte y resurrección, predica ante griegos y judíos a Cristo Crucificado que es un auténtico escándalo para los judíos y una locura para los griegos. Sin embargo, para nosotros es fuerza de Dios, sabiduría de Dios.
EVANGELIO: Juan 2, 13-25
DESTRUYAN ESTE TEMPLO, Y EN TRES DIAS LO LEVANTARE

El apóstol Juan narra la expulsión de los vendedores del Templo. Con esto gesto Jesús denuncia el error de un culto vacío que pretende agradar a Dios con el simple ofrecimiento de animales; cuando lo que verdaderamente Dios quiere es una verdadera relación con Él, con los hermanos y el ofrecimiento de la propia vida.
HONRAR MADRE Y PADRE
El cuarto mandamiento es una necesidad. El ser humano para nacer necesita un padre y una madre. Y Dios hace de esta necesidad, una fuente de responsabilidad, un don, un lugar privilegiado y responsable, un Sacramento, una fuente confortada por el amor. "No está bien que el hombre esté solo". "No está bien que la mujer esté sola". "No está bien que el niño esté solo". Por esto, Dios, según su modo de obrar, invita al ser humano a abrirse libremente a la unidad de la familia. Y la familia, como todas las situaciones humanas, tendrá sus momentos difíciles, y sus momentos felices. Pero todas las alegrías y las penas unirán con más fuerza a la familia que camina unida a Dios. El mandamiento honrar padre y madre no es un peso, sino el secreto de la unión en paz. El matrimonio-sacramento, no es una camisa de fuerza, sino un don de Dios que da fortaleza para superar las dificultades que se presentarán. La bondad y la fidelidad de los padres son un testimonio a través del que Dios se hace presente a los hijos. La ruina de la familia, es la ruina de la sociedad. ¿Qué se puede esperar de padres ateos? Por eso la Iglesia permanece firme en el cuarto mandamiento: Honrar padre y madre.
EL DIOS PADRE QUE LE ENSEÑARON A DON BOSCO
Mamá Margarita le había enseñado a Juanito Bosco que Dios lo veía siempre, que era un Señor Justicia y un Padre benévolo cuya grandeza se podía contemplar en la creación. De San José Cafasso aprenderá que "Dios es un padre tan amable y único que no tiene semejante en el cielo ni en la tierra, ni será posible imaginar otro mejor; más tierno, más paciente, más afectuoso".
Y así lo comprendió Juan Bosco, testificándolo en su librito Ejercicio de devoción a la Misericordia de Dios: "el Señor da pruebas de su bondad hacia todos indistintamente, hacia los buenos y hacia los malos". Como sacerdote siempre insistirá sobre la bondad de Dios aunque sin olvidar su justicia.

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