Fundado: 24-04-1904 Lima, 05-07-2009 / Año 105 - Nº 5464 - 4000 ejemplares

JESUS PROFETA DESPRECIADO
Marcos 6, 1 - 6
§
Jesús vuelve a Nazaret. Va a la sinagoga. Toma la Palabra. Pero los de su pueblo no lo soportan y dicen: "¿De dónde saca todo eso?" ¿Falta de fe? ¿Envidia? Jesús es parte de ellos, pero también es algo distinto de todos. Es el Hombre-Dios. Pero los de su pueblo no aceptan que uno de ellos sea enviado de Dios. Por Ezequiel exclama Dios: "Los hijos tienen la cabeza dura"
§ El testigo debe aceptar la soledad. Pablo dice claramente: “Cuando soy débil entonces me siento fuerte" Si Jesús hubiera hablado en la sinagoga como cualquier otro profeta o escriba, no lo habrían objetado, pero se habrían quedado en su ignorancia, El predica la verdad y la predica para que tengan vida, y puedan entrar al Reino. En la medida en la que el pueblo está encerrado en sí mismo y endurecido, se hace impermeable a la acción del Espíritu. Es la soberbia, pecado que nos sume en la oscuridad interior. El pecado apaga nuestra inteligencia y debilita nuestra voluntad, y es el freno que nos detiene y no nos deja entrar en la vida de fe.
§ Siendo bautizados, elegidos por Dios en su Iglesia, necesitamos la ayuda de "sus discípulos" distintos de nosotros. Recibamos y no rechacemos la fe; la autosuficiencia no es buena. El Creador respeta nuestra libertad, creada por Él, para que la decisión de darle aquello a lo que tiene derecho, sea nuestra, y con su gracia hagamos méritos. Su Reino debe entrar en nuestra intimidad.

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