Lima, 05-07-2009 / Año 105 - Nº 5464

DOMINGO XIV DEL TIEMPO ORDINARIO
En este domingo, Jesús se presenta a nosotros como Profeta, a pesar de su condición social muy humilde "el hijo del carpintero"; sin embargo con una sabiduría que causa escándalo entre los suyos. Como discípulos de Jesús, el Maestro, abramos nuestro corazón para acoger llenos de confianza su Palabra llena de verdad y comunicadora de vida verdadera.
PRIMERA LECTURA: Ezequiel 2, 2-5
SON UN PUEBLO REBELDE, SABRAN QUE HUBO UN PROFETA EN MEDIO DE ELLOS

¿Qué es un Profeta? La respuesta la encontramos en el llamado que hace Dios a Ezequiel. El profeta evoca la figura y la misión de aquél que Dios envía.
SALMO: 122,1-2a. 2bcd. 3 -4
Respondemos: "Misericordia, Señor, Misericordia"
SEGUNDA LECTURA: 2ª Corintios 12, 7b-10
PRESUMO DE MIS DEBILIDADES, PORQUE ASI RESIDIRA EN MI LA FUERZA DE CRISTO

El apóstol de Cristo, aunque trasmite las palabras de Dios, es un hombre que se siente débil y limitado, y sólo confía en la gracia de Dios. Pablo confiesa sus limitaciones, pero confía únicamente en el poder de Cristo que actúa en él.
EVANGELIO: Marcos 6, 1-6
NO DESPRECIAN A UN PROFETA MAS QUE EN SU TIERRA
“Nadie es profeta en su propia tierra". Jesús experimentó dolorosamente este dicho popular. La mala voluntad, la falta de fe, la falta de disponibilidad, la crítica malévola, el espíritu mezquino hacen fracasar la bondad de Dios. La Iglesia también experimentará -sobre todo sus pastores- el rechazo del mundo.
EXAMINEMONOS EN LA CARIDAD
San Pablo proclamaba “la caridad de Cristo me apremia" ¿Y cómo va tu vida en cuanto a la práctica de la caridad, que es amor al prójimo como a ti mismo? ¿Sientes que amas verdaderamente a Dios como Padre que es, como nuestro más grande bienhechor, como nuestro generoso Salvador? No miremos solamente nuestras prácticas religiosas, sino nuestro interés por ayudar al que lo necesita. ¿Qué sentimos de nuestros prójimos? ¿Nos damos cuenta que representan al mismo Cristo, que toma por hecho a sí mismo lo que por ellos hayamos hecho? ¿Sabemos que seremos tratados por Cristo como nosotros hayamos tratado a nuestros hermanos? Examinemos las características de lo que debe ser nuestra caridad: Caridad sincera. No del momento sino constante y sacrificada. Universal, esto es sin discriminación de personas. Y extendida hacia el que más la necesita. Generosa hasta dar la vida si es menester. Si es así, qué gran premio nos espera en la vida eterna.
DON BOSCO Y LA FORMACION DEL CARACTER
Sea cual sea mi carácter y mis malas inclinaciones naturales, puedo llegar a corregirme si me propongo con empeño, con constancia y a su debido tiempo. Don Bosco trabajó mucho para corregir los defectos naturales y formarse un buen carácter. Sabía que tenía por naturaleza un temperamento susceptible y poco flexible. Con el constante dominio alcanzó sin embargo a formarse amable y paciente.

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