Lima, 29-11-2009 / Año 105 - Nº 5485


PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO
Hoy comenzamos el nuevo año litúrgico; estamos celebrando el primer domingo de Adviento, tiempo de espera gozosa. Las lecturas de hoy enfocan la segunda venida de Cristo. Pero sin olvidar que Él viene diariamente a nosotros, cuando comulgamos y en especial cuando estamos reunidos en comunidad para celebrar la Eucaristía.
PRIMERA LECTURA: Jeremías 33, 14-16
HARE BROTAR PARA DAVID UN LEGITIMO DESCENDIENTE

La lectura de hoy, tomada del Profeta Jeremías, es un mensaje gozoso. Dios prometió a su pueblo que un Rey vendrá para salvarles.
SALMO 24, 4bc-5ab.8-9.10 y 14
Respondemos: “A tí, Señor, levanto mi alma”
SEGUNDA LECTURA: 1ª Tesalonicenses 3, 12 - 4, 1-2
QUE EL FORTALEZCA SUS CORAZONES, CUANDO JESUS VUELVA
San Pablo exhorta a los cristianos de Tesalónica a vivir en el amor mutuo, porque ésta es una condición indispensable para preparar la Venida del Señor. La santidad se manifiesta por el amor no fingido de los creyentes y a la vez es signo de la presencia de Dios.
EVANGELIO: Lucas 21, 25-28.34-36
SE ACERCA SU LIBERACION
El Evangelio de hoy nos habla sobre la segunda venida del Señor. Cristo vendrá en su gloria para liberarnos del pecado.
LA CORONA DE ADVIENTO
Inicio: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Bendición: Bendecimos hoy (+) la corona de Adviento, la cual es símbolo de Cristo. Luz del mundo que está por venir. Vamos a prender una vela cada domingo. Así al acercarnos a la fiesta del nacimiento de Jesús, habrá más luz que iluminará nuestra vida y ¡somos felices!
Oración (todos juntos): Al encender esta primera vela, te bendecimos Dios Padre nuestro, Creador de todo lo que es hermoso y bueno, bendito seas Tú, Dios Creador y Salvador. Bendita esta luz que significa el deseo ardiente que tenemos por la venida de tu Hijo Jesús, para que nuestras vidas y nuestros corazones sean cada vez más iluminados por tu amor y su Palabra. Bendito seas, Tú, Padre Creador y Salvador.
Todos: Padre nuestro...; Dios te salve...; Gloria...
DON BOSCO Y LA FORMACION EN LA CASTIDAD
Es necesario defender el tesoro de la castidad todos los días contra los peligros que están en nosotros a causa de la concupiscencia que no se extingue sino con la muerte, y contra los peligros exteriores de las personas y cosas que nos rodean. La castidad es una lucha total que compromete mente y corazón, sentidos e inteligencia, fantasía y voluntad, alma y cuerpo. Se requiere, pues, la movilización total de todas nuestras energías para la victoria.

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