Lima, 07-02-2010 / Año 106 - Nº 5495

V DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Toda vocación es un llamado de Dios, para una misión concreta, el hombre fiel responde con generosidad a la invitación de Dios. La iglesia necesita que cada uno de nosotros realice el compromiso de su vocación cristiana y seamos testigos fieles de Dios ante los hombres.
PRIMERA LECTURA: Isaías 6, 1-2a. 3-8
AQUI ESTOY, ENVIAME
La primera lectura nos refiere la vocación profética de Isaías. La misión del profeta no será fácil porque deberá profetizar la ruina de Israel y Judá en castigo de sus infidelidades. Dios purifica los labios de Isaías para que pueda cumplir su misión. Isaías contesta: “Heme aquí, envíame"
SALMO 137: 1-2a. 2bc-3. 4-5. 7c-8
Respondemos: "Delante de los ángeles tocaré para ti, Señor"
SEGUNDA LECTURA: 1ª Corintios 15, 1-11
ESTO ES LO QUE PREDICAMOS; ESTO ES LO QUE HAN CREIDO
La segunda lectura nos presenta la vocación profética de san Pablo quien se considera indigno y pecador. San pablo dice que no ha defraudado la gracia que le ha sido concedida y explica cuál ha sido el contenido de su predicación.
EVANGELIO: Lucas 5, 1-11
DEJANDOLO TODO LO SIGUIERON
La lectura del Evangelio de san Lucas nos refiere una pesca milagrosa. Ante el hecho milagroso, san Pedro se confiesa pecador. En cambio el Señor, llama a Pedro y a sus amigos para hacerlos "pescadores de hombres". No importa lo que haya sido nuestra vida pasada. El Señor perdona y olvida. Exige conversión auténtica. Nos quiere ahora santos a su servicio.
¿POR QUE VIVO?
Quiero, señor, estar contigo. Quiero entender cada vez mejor que sólo tú atraes a todo ser que existe. Dame más de tu luz para ver mejor la verdad, la razón por la que me has creado. No quiero ser bueno por miedo a tu justicia; no quiero ser bueno interesadamente, para ganar un premio. Quiero ser bueno porque así tú lo quieres; ese es uno de tus objetivos al crearme. No puede ser de otra forma. En este caso mucho depende de mi mismo. Pero, cuántas desviaciones, oh Señor; cuántas espinas clavadas en mí, cuánta tierra del camino se ha pegado en mí, cuántos parásitos se han metido en mis carnes ¿Cómo me limpio, Señor? Dame la fuerza para ir purificándome; dame los instrumentos para extraer esos parásitos que me pueden alejar de tí y me afean y me hacen repulsivo a tu mirada. ¿Cuál es el remedio, oh Señor? ¿Cuál la solución, Dios mío? Y de pronto escucho en mi interior una voz que me dice: "Hijo allí tienes el remedio: es Cristo. Él curará todas tus heridas. Él sanará todos tus males. Confía totalmente en Él”.
DON BOSCO Y LA VIDA INTERIOR
El apóstol es un cable de alta tensión que transmite la luz y la energía divina; pero esto sólo sucede si está en comunicación con la central eléctrica, o sea, si vive de Dios y está unido con Dios. Don Bosco añade que la vida interior y la piedad son el alimento del alma y el sostén de toda vocación. “Así como los manjares alimentan y conservan el cuerpo, del mismo modo las prácticas de piedad nutren el alma, fortaleciéndola contra las tentaciones. Mientras seamos observantes en las prácticas de piedad, nuestro corazón estará en buena armonía con todos”

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