Lima, 21-02-2010 / Año 106 - Nº 5497

I DOMINGO DE CUARESMA
Hemos iniciado una vez más el tiempo fuerte de Cuaresma, un tiempo de gracia y penitencia. Profesamos nuestra fe en Cristo quien fue tentado como nosotros, pero venció al tentador. Fortalecidos con la oración y la penitencia podemos seguir, también, el ejemplo de Cristo.
PRIMERA LECTURA: Deuteronomio 26,1-2.4-10
PROFESION DE FE DEL PUEBLO ESCOGIDO
En la primera lectura el pueblo de Israel proclama su profesión de fe. En ella los Israelitas dan gracias y alabanza a su Dios por la misericordiosa conducción desde la tierra de sus padres hasta la entrada en la tierra prometida.
SALMO 90, 1-2.10-11.12-13.14-15
Respondemos: "Estás conmigo, Señor, en la tribulación"
SEGUNDA LECTURA: Romanos 10, 8-13
PROFESION DE FE DEL QUE CREE EN JESUCRISTO
En la segunda lectura, tenemos la profesión de fe del Nuevo Testamento. Creer es saber que Cristo es el señor y que venció la muerte. El cristiano debe proclamar esa fe en su propia vida diaria.
EVANGELIO: Lucas 4, 1-13
EL ESPIRITU LO FUE LLEVANDO POR EL DESIERTO, MIENTRAS ERA TENTADO
El Evangelio nos narra las tres tentaciones de Cristo, después de sus cuarenta días en el desierto. Cristo fue probado, pero venció la tentación. Nosotros sufrimos tentaciones a diario.
ALABA A DIOS CON LA MUSICA
Eleva tu cántico al Señor, porque es el mejor modo de expresarle gratitud. Cuando te faltan las palabras y no puedes expresar lo que sientes. Cuando ningún sonido satisface el deseo de expresarle gratitud; cuando no encuentras expresiones exteriores para comunicar a los demás lo que experimentas, entonces concéntrate en tu interior y allí ejecútale en el secreto de tu corazón a El sólo, esa música que sólo El escucha. Esa música que es la que a El le agrada. Dale gracias si te dio el don de esta maravillosa experiencia interior. No es nada audible a los oídos humanos; ni ritmos, ni sonidos, ni instrumentos. Pero es una música. Sólo se puede decir: No sé cómo expresarla para comunicarla a los demás, pero Dios la escucha; El la entiende. A El le agrada. "Para ti es mi música Señor" ¿Será una participación del don de Dios que "ni ojo vio, ni oído oyó... Pero que El, sólo Dios, ve y escucha?
DON BOSCO Y LA VIDA INTERIOR
Para comprender cómo la piedad sea alimento de vida interior y por lo tanto fuente de santidad y de celo operativo y fructuoso, es necesario recordar que para Don Bosco la verdadera piedad exige: 1º temor al pecado mortal; 2º desapego de las venialidades; 3º recto uso de los Sacramentos; 4º exacto cumplimiento de los propios deberes.

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