Lima, 24-05-2010 / Año 106 - Nº 5511

A MARIA AUXILIADORA
Virgen María Auxiliadora, Que tu Bendición santísima permanezca en mí noche y día, en la alegría y en la tristeza, en el trabajo y en el descanso, en la salud y en la enfermedad, en la vida y en la muerte y durante la eternidad.
Oh Bendición de María Auxiliadora, Dichoso quien te la pide, recibe y guarda, y después de obtenerla aquí en la tierra la lleve a su último suspiro como prenda de vida eterna.
Nuestro Auxilio esta en el nombre del Señor que hizo el cielo y la tierra.
Virgencita María Auxiliadora, Acompáñame en mis viajes, en mis trabajos, y protégeme de males y enfermedades.
María Auxiliadora, Dame tu santísima Bendición Tú y Tu Santo Hijo, para mí y para cada uno de mis familiares, en este día y todos los días de mí vida. Amén.
SAN JUAN DAMASCENO
San Juan Damasceno, famoso predicador, año 749, es el primero en propagar esta jaculatoria: "María Auxiliadora rogad por nosotros". Y repite: "La Virgen es auxiliadora para conseguir la salvación. Auxiliadora para evitar los peligros, Auxiliadora en la hora de la muerte".
San Germán, Arzobispo de Constantinopla, año 733, dijo en un sermón: "Oh María Tú eres Poderosa Auxiliadora de los pobres, valiente Auxiliadora contra los enemigos de la fe. Auxiliadora de los ejércitos para que defiendan la patria. Auxiliadora de los gobernantes para que nos consigan el bienestar, Auxiliadora del pueblo humilde que necesita de tu ayuda".
DON BOSCO
"Y termino con un consejo que es un secreto para obtener éxitos: Cuando necesitéis alguna gracia decid muchas veces: maria auxiliadora, rogad por nosotros. Decidlo cuando vais por la calle, cuando subís las escaleras o estáis en el patio. Decidlo en la clase, en el dormitorio, por la mañana, por la noche, siempre. Cuando os vengan a visitar, o cuando escribáis a vuestros familiares decidles: Don Bosco os asegura que si necesitáis alguna gracia digáis muchas veces María Auxiliadora, rogad por nosotros, y que seréis escuchados. Y que si alguno dice muchas veces con fe esta oración y la Virgen Poderosa no lo ayuda, me comuniquen a mi esta noticia, y yo inmediatamente escribiré a San Bernardo en el cielo, reclamándole que él cometió un grandísimo error cuando nos enseñó aquella oración que dice: "Acuérdate oh Madre Santa -que jamás se oyó decir- que alguno te haya invocado sin tu auxilio recibir"... Sí, le escribiré una carta muy fuerte a ese Santo pidiéndole explicaciones. Pero estad seguros de que no necesitaré escribir esa carta; grabad en vuestra memoria esta bella oración: María Auxiliadora, rogad por nosotros, para repetirla en todas las tentaciones, en todos los peligros, en toda necesidad y siempre. Mirad hace cuarenta años que vengo repitiendo a la gente que invoque a la madre de Dios y que ella los ayudará. Y les digo que si alguno reza a la Virgen y ella no lo ayuda venga y me avise. Pero hasta ahora ni uno solo ha venido a decirme que perdió su tiempo rezándole a Nuestra Señora. El mismo demonio ha tenido que retirarse, y ha fracasado, cuando las personas empiezan a ser devotas de la Madre Celestial y ha llegado a no poder hacerles cometer pecado.

No hay comentarios: