Lima, 14-11-2010 / Año 106 - Nº 5536

DOMINGO XXXIII DEL TIEMPO ORDINARIO
Hermanos, estamos celebrando el penúltimo domingo del año litúrgico. Sabemos que un día el mundo, como lo conocemos va a terminar. Las lecturas de hoy nos hablan del Día de Yahvé, o sea, del juicio final. Ellas nos animan a perseverar en nuestra fe aunque suframos por el Evangelio. Como nuevo Pueblo de Dios, preparémonos para ese día de Dios.
PRIMERA LECTURA: Malaquías3, 19-20a
LOS ILUMINARA UN SOL DE JUSTICIA
El profeta Malaquías, en la primera lectura, nos habla del Día de Yahvé, o sea, de la manifestación de Dios en los "últimos tiempos". Dice que será un día de castigo para los injustos, pero para los justos, "brillará el sol de justicia". Yahvé será como un padre, indulgente con los justos.
SALMO 97, 5-6.7-9a-9bc
Respondemos. "El Señor llega para regir los pueblos con rectitud"
SEGUNDA LECTURA: 2 Tesalonicenses 3, 7-12
EL QUE NO QUIERA TRABAJAR, QUE NO COMA

San Pablo, en su Carta a los Tesalonicenses teme que el anuncio del fin del mundo llame tanto la atención a los de Tesalónica que éstos se despreocupen de sus deberes temporales. Por eso les exhorta a la paciencia, a la perseverancia. Nosotros tenemos en san Pablo un ejemplo de trabajo y de perseverancia en la fe, en la tribulación, en las adversidades.
EVANGELIO: Lucas 21, 5-19
SI PERSEVERAN, SE SALVARAN
El Evangelio está tomado del discurso de Lucas sobre la Parusía. Toda la descripción pertenece al género apocalíptico judío. Para Lucas, los dolores y persecuciones por el Evangelio y el testimonio de los discípulos, forman parte de la historia de la Iglesia. El nos aconseja mantener una actitud perseverante por un tiempo indefinido.
LA DISCIPLINA
Todo hombre, joven si desea alcanzar un plano de excelencia, tiene que ordenarse y exigirse mucho para ganar la batalla de la vida. La disciplina es el molde donde se forma la personalidad del hombre brillante. Sin ella es por seguro que lo dominará un estado de ánimo débil y temeroso. Si uno quiere ayudarse verdaderamente, con la sana intención de no caer en ese estado de embotamiento que a veces nos tienta, debe hallar en su fuero interno una razón, causa o motivo que nos fortalezca en la intención de atrevernos con valor a romper las cadenas invisibles que nos atan y nos conducen a un estado lamentable de vida, "el Reino de Dios se alcanza a la fuerza y solamente los esforzados entran en él" (Mt 11,12)
DON BOSCO Y LAS VOCACIONES
"Nadie es admitido a vestir el hábito clerical -afirma Don Bosco- sin todos los necesarios requisitos" He aquí indicados los dos elementos de la vocación: los necesarios requisitos naturales y sobrenaturales que garantizan la llamado de Dios, el cual llama eficazmente, o sea, de la idoneidad para el estado al que llama; y la admisión de parte del confesor o de los superiores, de acuerdo con los necesarios requisitos reconocidos en el candidato, de los cuales son ellos jueces competentes.

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