Lima, 23-01-2011 / Año 107 - Nº 5546

III DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Hoy el Evangelio nos narra un acto de opresión, el arresto de Juan Bautista. Pero también nos habla de la aparición de una "luz grande", Jesús, que anuncia la alegría de la cercanía del Reino y con ello la posibilidad de una vida nueva que debe comenzar por la conversión: es la Buena Nueva del Reino.
PRIMERA LECTURA: Isaías 8, 23b-9, 3
EN LA GALILEA DE LOS PAGANOS EL PUEBLO VIO UNA GRAN LUZ

Quien ha conocido la angustia, la prueba de la opresión, de la persecución o una enfermedad grave, comprende mejor la esperanza que hace nacer el anuncio de una próxima liberación. Que este hermoso texto de Isaías resuene profundamente en cada uno de nosotros.
SALMO: 26, 1.4.13-14
Respondemos: "El Señor es mi luz y mi salvación"
SEGUNDA LECTURA: 1 Corintios 1, 10-13.17
LES RUEGO QUE SE PONGAN DE ACUERDO Y O HAYA DIVISIONES ENTRE USTEDES
Es bueno que haya pluralismo y respeto de la personalidad de cada uno. Pero esto no debe perturbar la unidad real que exige la fe en Jesucristo. El sectarismo y la intolerancia son incompatibles con el verdadero espíritu cristiano.
EVANGELIO: Mateo 4, 12-23
SE ESTABLECIO EN CAFARNAUM. ASI CUMPLIO LO QUE HABIA DICHO ISAIAS
Jesús es la luz: luz que ilumina el camino de la justicia y la paz; luz que produce la alegría de la cercanía del Reino; luz que proclama la conversión; luz que llama para la evangelización; luz que es realmente una guía para todo hombre de buena voluntad.
DIOS NOS HABLA
La Biblia es la palabra de Dios. Dios inspira al escritor sagrado y éste pone en el papel los conceptos que Dios le comunica. Se ve claramente en toda la Biblia una unidad en todo el sentido de los más diversos mensajes que se van expresando. Esto es admirable, porque los escritores sagrados han escrito en épocas muy distantes y en circunstancias diversísimas, que podrían haber influido en cambios en cuestiones esenciales, cosa que no ha sucedido; y esto precisamente porque es uno, eterno, quien dictó los conceptos. Vemos en los acontecimientos diarios, cómo testigos de un mismo hecho, lo describen de modos muy diversos. Sabemos que cuando un hecho pasa de boca en boca, llega a ser, muchas veces, completamente desfigurado. Pero con la Biblia no ha sucedido eso. Es que es Dios, eternamente el mismo quien comunica a los hombres su palabra. Palabra que ha pasado de generación en generación, de padres a hijos. Y luego ha sido escrita por hombres inspirados. La palabra que ha conservado siempre una misma dirección, una robusta unidad, es palabra de Dios. Es Él; es su Palabra, siempre igual, siempre una, llena de la misma riqueza de Dios, su autor.
LA SANTIDAD ES ESTAR SIEMPRE ALEGRES
Santo Domingo Savio (un jovencito de unos 15 años), es el "hijo" de Don Bosco, que comprendió y vivió bien las palabras de su "padre", para ser todo de Dios. "Aquí en el Oratorio nosotros hacemos consistir la santidad en estar muy alegres". "Mi diversión más hermosa es el cumplimiento exacto de mi deber" solía decir. El deber, en efecto, es el secreto de la santidad y de la alegría.

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