Lima, 06-02-2011 / Año 107 - Nº 5548

DOMINGO V DEL TIEMPO ORDINARIO
Hoy Cristo nos enseña cómo debemos vivir, para ser continuadores de su misión. Como cristianos somos la sal de la tierra y la luz del mundo. A través de nuestras buenas obras, hechas para el Señor, traemos verdaderamente la luz a los que viven en la ignorancia y en la oscuridad del pecado. Que el Espíritu de Cristo nos recuerde siempre las enseñanzas de Jesús, para ser los auténticos discípulos-misioneros de Cristo.
PRIMERA LECTURA: Isaías 58, 7-10
SURGIRA TU LUZ COMO LA AURORA
En esta lectura el profeta Isaías enumera las buenas obras que debemos hacer como Pueblo de Dios. Compartiendo nuestros bienes con los necesitados haremos que nuestra luz brille en la oscuridad. Como cristianos, nuestras vidas deben ser reflejo del amor que Dios nos tiene.
SALMO 111, 4-5. 6-7. 8a y 9
Respondemos: "El justo brilla en los tinieblas como una luz"
SEGUNDA LECTURA: 1 Corintios 2, 1-5
LES ANUNCIE EL MISTERIO DE CRISTO CRUCIFICADO
San Pablo, en este pasaje de la Carta a los Corintios, nos habla de Cristo Crucificado. Con humildad él dice que el poder de la Palabra de Dios no depende de la sabiduría humana o de la argumentación, sino del poder del Espíritu Santo.
EVANGELIO: Mateo 5, 13-16
USTEDES SON LA LUZ DEL MUNDO
El Evangelista Mateo nos enseña, mediante tres imágenes, el valor del testimonio cristiano. Somos la luz del mundo porque Jesús nos ha llamado y hemos respondido. Dejemos que por medio de las buenas obras brille nuestra luz en los otros. Todas estas buenas obras se nos hacen posibles porque Dios nos da la gracia.
EL BOLETO MAS IMPORTANTE
¿Qué necesitas para entrar a cualquier evento? Es obvio: un boleto. Para entrar al teatro, o al cine, o a un concierto, si no muestras tu boleto, no entras. Te desafío a que encuentres el boleto más importante para poder ganar la inmortalidad; tener la vida por siempre. Esto sí que es importante. Si no tienes la GRACIA, esto es la amistad con Dios, tu creador, no podrás entrar al Reino, que es vida eterna. La Gracia es el boleto indispensable y definitivo para poder entrar a la Patria. Es el Pasaporte que te presenta como quien tiene la nacionalidad celestial. Y sabes ¿qué es la gracia?: Es un don sobrenatural, interior, permanente, que Dios nos concede por medio de Jesucristo para nuestra eterna salvación. Es un regalo que nos hace la misericordia de Dios. No por méritos nuestros, sino por los méritos de Jesús en la Cruz. La gracia no se ve, pero se siente. Así como por tus venas corre la sangre dándote la vida natural, así debe correr en tu alma, por el Bautismo, la gracia que te hará entrar en la Vida Eterna.
DIOS QUIERE QUE SEAMOS SANTOS
Don Bosco, enseñaba siempre a sus jóvenes: "Dios quiere que todos sean santos" y por consiguiente que todos puedan aspirar a la santidad, con tal que sean fieles y constantes en el amor de Dios, mediante el perfecto cumplimiento de los propios deberes. Son estos luminosos principios los que despertaron en simples jóvenes la nostalgia de la santidad, y nos dieron a Santo Domingo Savio, gloria de la educación salesiana: "Nada soy si no soy santo. Siento un deseo y una necesidad de hacerme santo".

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