Lima, 01-05-2011 / Año 107 - Nº 5560

II DOMINGO DE PASCUA
Todos tenemos un "Tomás" en el corazón. En la práctica decimos como él: "¡Si no le veo, si no le toco, no creo!" Pero la lógica de la fe es a la inversa: Para ver a Cristo, y en él a Dios, presente en las maravillas del mundo, en la gente buena, en los anhelos de verdad, de bondad y de belleza que se agitan en el corazón, tengo que creer.
PRIMERA LECTURA: Hechos 2, 42-47
La primera comunidad cristiana unida por el amor-comunión-solidaridad, estaba atenta a la escucha de la Palabra y a la enseñanza de los apóstoles.
"Los hermanos eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles, en compartir lo que tenían, en la fracción del pan y en las oraciones. Todo el mundo estaba impresionado por los muchos prodigios y signos que los apóstoles hacían en Jerusalén. Los creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en común; vendían posesiones y bienes, y lo repartían entre todos, según la necesidad de cada uno. A diario acudían al templo todos unidos, celebraban la fracción del pan en las casas y comían juntos, alabando a Dios con alegría y de todo corazón; alababan a Dios y ganaban el aprecio de todo el pueblo. Por su parte el Señor agregaba cada día al grupo de los creyentes aquellos que aceptaban la salvación."
SALMO 117
Respondemos: "Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia"
SEGUNDA LECTURA: 1 Pedro 1, 3-9
La resurrección de Cristo nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva.
"Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia, por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva, para una herencia incorruptible, pura, perenne, reservada en el cielo para ustedes, a quienes el poder de Dios, por medio de la fe, protege para la salvación, dispuesta a ser revelada en el momento final. Alégrense por ello, aunque de momento tengan que sufrir un poco, en pruebas diversas: así la autenticidad de su fe -más valiosa que el oro, el cual es perecedero a pesar de haber sido purificado en el fuego- llegará a ser alabanza y gloria y honor cuando se manifieste Jesucristo. Ustedes no han visto a Jesucristo, y lo aman; sin verlo, creen en él y se alegran con un gozo indescriptible y radiante; así recibirán la salvación que es la meta de su fe".
ALELUYA, ALELUYA
Porque has visto, Tomás, has creído. -dice el Señor- Dichosos los que crean sin haber visto.
EVANGELIO: Juan 20, 19-31
La incredulidad de Tomás nos llama a vivir una fe profunda que sea confesada con valor y en cada criatura.
"Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en un casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en eso entró Jesús, se puso en medio y les dijo: "Paz a ustedes". Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: "Paz a ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo". Y dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: "Reciban el Espíritu Santo; a quienes ustedes perdonen los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengan, le quedan retenidos". Tomás, uno de los doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: "Hemos visto al Señor". Pero él les contestó: "Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi mano en su costado, no lo creo". A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: "Paz a ustedes". Luego dijo a Tomás: "Trae tu dedo: aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente". Contestó Tomás: "¡Señor mío y Dios mío!". Jesús le dijo: "Porque me has visto has creído. Dichosos los que crean sin haber visto". Muchos otros signos, que no están en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre.

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