Lima, 07-08-2011 / Año 107 - Nº 5574

DOMINGO XIX DEL TIEMPO ORDINARIO
Muchos problemas, tentaciones y crisis de todo tipo nos asustan y paralizan. Jesús nos dice: "Tranquilícense, soy yo, no teman". En las "tempestades" de la vida no estamos solos. Nuestro clamor deberá ser: "¡Señor, sálvame!", confiando enteramente en Él. Así, venceremos.
PRIMERA LECTURA: 1Re 1, 9a.11-13a
Elías, volviendo a las fuentes de la Alianza con Dios, aprenderá a conocerle de una manera nueva, en el silencio y en la vida cotidiana.
"En aquellos días, cuando Elías llegó al Horeb, el monte de Dios, se metió en una cueva donde pasó la noche. El Señor le dijo: "Sal y ponte de pie en el monte ante el Señor. "¡El Señor va a pasar!". Vino un huracán tan violento que hacía temblar las montañas y hacía trizas las peñas delante del Señor; pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento, vino un terremoto; pero el Señor no estaba en terremoto. Después del terremoto, vino un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Después del fuego, se oyó una brisa tenue; al sentirla, Elías se tapó el rostro con el manto, salió afuera y se quedó de pie a la entrada de la cueva".
SALMO 84
Respondemos: "Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación"
SEGUNDA LECTURA: Rom 9, 1-5
El pueblo de Israel, es el privilegiado de Pablo. Reconociendo las bendiciones que recibió de Dios, se entristece por el rechazo a Jesús, el Mesías profetizado.
"Hermanos: Les hablo con toda verdad en Cristo; mi conciencia, iluminada por el Espíritu Santo, me asegura que no miento. Siento una gran pena y un dolor incesante, en mi corazón, pues por el bien de mis hermanos, los de mi raza según la carne, quisiera incluso ser un excluido de la compañía de Cristo. Ellos descienden de Israel, fueron adoptados como hijos, tienen la presencia de Dios, la Alianza, la Ley, el culto y las promesas. Suyos son los patriarcas, de quienes, según la carne, nació el Mesías, el que está por encima de todo: Dios bendito por los siglos. Amén".
ALELUYA
Espero en el Señor, espero en su palabra.
EVANGELIO: 14, 2-33
Sólo con la fe en Jesús, Hijo de Dios y Salvador, resolveremos las dificultades y sufrimientos de este mundo en vista del Reino de los Cielos.
"En aquel tiempo, inmediatamente después de la multiplicación de los panes, Jesús ordenó a sus discípulos que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Y, después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba allí solo. Mientras tanto, la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. De madrugada se les acercó Jesús, andando sobre el agua. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma. Jesús les dijo en seguida: "¡Ánimo, soy yo, no tengan miedo!". Pedro le contestó: "Señor, si eres tú mándame ir hacia ti andando sobre el agua". Él le dijo: "Ven". Pedro bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua, acercándose a Jesús; pero al sentir la fuerza del viento, empezó a hundirse y grito: "Señor, sálvame". En seguida, Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: "¡Qué poca fe! ¿Por qué has cuidado?". En cuanto subieron a la barca, se calmó el viento. Los de la barca se postraron ante él, diciendo: "Verdaderamente eres Hijo de Dios".
PILDORA SALUDABLE
Ecl 2, 5: "Porque el valor del oro se prueba en el fuego, y el valor de los hombres en el horno del sufrimiento"

No hay comentarios: