Lima, 05-02-2012 / Año 108 - Nº 5600

V DOMINGO TIEMPO ORDINARIO
Ninguna experiencia más contundente y universal que el dolor y el sufrimiento. Job es la imagen "viva" del sufrimiento de la humanidad. También Pablo sufre el esfuerzo de la evangelización. La fe nos hace descubrir que Jesús también nos puede tomar de la mano y hacernos levantar porque él sana y salva.
PRIMERA LECTURA: Jb 7, 1-4.6-7
Se muestra la realidad del hombre en medio de enfermedades y sufrimientos que aparentemente lo angustian y le quitan seguridad, pero que sólo Dios nos abre a la esperanza.
"Habló Job diciendo: «El hombre está en la tierra cumpliendo un servicio, sus días son los de un jornalero; como el esclavo, suspira por la sombra, como el jornalero, aguarda el salario. Meses de desengaño son mi herencia, y noches de sufrimiento me han tocado en suerte. Al acostarme pienso: ¿cuándo me levantaré? Se alarga la noche y me harto de dar vueltas hasta el alba. Mis días se acercan a su fin, sin esperanza, con la rapidez de una lanza de telar. Recuerda que mi vida es un soplo, y que mis ojos no verán más la dicha»".
SALMO 146:
Respondemos: "El Señor sostiene a los humildes"
SEGUNDA LECTURA: 1Co 9, 16-19.22-23
La fuerza de la predicación de Pablo no es sabiduría humana, sino Cristo puesto en cruz y todo cristiano debe asegurarse en ella, pues sólo ella da sentido a la vida.
"Hermanos: El hecho de predicar no es para mí motivo de orgullo. No tengo más remedio y, ¡ay de mi sino anuncio el Evangelio! Si yo lo hiciera por mi propio gusto, eso mismo sería recompensa. Pero, si lo hago a pesar mío, es que me han encargado este oficio. Entonces, anunciándolo gratuitamente, sin usar el derecho que me da la predicación del Evangelio. Porque, siendo libre como soy, me hice esclavo de todos para ganar a todos los que pueda. Me hice débil con los débiles, para ganar a los débiles; me hice todo para todos, para ganar, sea como sea, a algunos. Y hago todo esto por el Evangelio, para participar yo también de sus bienes".
ALELUYA
Cristo tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades
EVANGELIO: Mc 1, 29-39
El cariño y la preocupación de Jesús, que acompañado de algunos de sus discípulos visitan a la suegra de Pedro, se manifiesta al curarla. Pero no sólo ella recibe la salud, sino también muchos enfermos llegados con fe para ser sanados por el Maestro.
"En aquel tiempo, al salir Jesús y sus discípulos de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre; se lo dijeron a Jesús y él se acercó la tomó de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al atardecer, cuando ya se había puesto el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó a muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar. Se levantó de madrugada, se fue a un lugar solitario y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros, fueron y, al encontrarlo le dijeron: «Todo el mundo te busca». Él les respondió: «Vamos a otra parte, a los pueblos cercanos, para predicar también allí; que para eso he venido». Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios".
PILDORITA SALUDABLE
Ecl 2, 12: "Hijo mío, empéñate en honrar a tu padre; no lo abandones mientras tengas vida"

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