Lima, 22-04-2012 / Año 108 - Nº 5611


III DOMINGO  DE PASCUA
La imagen más abundante y representativa de Jesús, en la pintura y en la escultura, a través de la historia, es la de Jesús crucificado. Porque la Cruz (EL SUFRIMIENTO) es el símbolo máximo del amor de Dios para darnos LA VIDA. Con su Resurrección, llega a ser EL SEÑOR de la vida, que vive para siempre entre nosotros. Nos muestra manos y pies, convenciéndonos que, a pesar de nuestros pecados, ÉL nos ama.
PRIMERA LECTURA: Hch 3, 13-15.17-19
Pedro nos invita a abrir nuestros ojos y a reconocer a Cristo como el Profeta y Mesías anunciado, que da sentido a la historia, y, quien crea en Él, será perdonado.
"En aquellos días, Pedro dijo a la gente. «El Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado y su siervo Jesús, al que ustedes entregaron y rechazaron ante Pilatos, cuando había decidido soltarlo. Ustedes rechazaron al santo, al justo y pidieron el indulto de un asesino; ustedes mataron al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos. Sin embargo, hermanos, sé que lo hicieron por ignorancia, de la misma manera que sus autoridades; pero Dios cumplió de esta manera lo que había dicho por los profetas, que su Mesías tenía que padecer. Por lo tanto, arrepiéntase y conviértanse, para que se borren sus pecados»".
SALMO 4
Respondemos: "Haz brillar sobre nosotros el resplandor de tu rostro"
SEGUNDA LECTURA: 1 Jn 2, 1-5a
El apóstol Juan nos sigue exhortando a acogernos a la oferta de Cristo para ser perdonados en la medida que entremos en la dinámica del amor, que nos renueva y nos transforma.
"Hijos míos, les escribo esto para que no pequen. Pero, si alguno peca, tenemos un abogado ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero. En esto sabemos que lo conocemos: en que guardamos sus mandamientos. Quien dice «Yo lo conozco», y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él. Pero quien guarda su palabra, ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud. En esto conocemos que estamos en él".
ALELUYA:
"Señor Jesús, explícanos las Escrituras; haz que arda nuestro corazón mientras nos hablas"
EVANGELIO: Lc 24, 35-48
El Evangelio nos propone entrar en la escuela del Resucitado, que no nos pide huir del mundo, sino que en Él nos desafía a ser hombres y mujeres de corazón transformado por la entrega radical de Cristo, vencedor de la muerte.
"En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que habían pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice: «Paz a ustedes». Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. Él les dijo: «¿Por qué se asustan?, ¿por qué surgen dudas en su interior? Miren mis manos y mis pies: soy yo en persona. Tóquenme y dense cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como ven que yo tengo». Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría y el asombro, les dijo: «¿Tienen ahí algo de comer?». Ellos le ofrecieron un trozo de pescado asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo: «Esto es lo que les decía mientras estaba con ustedes: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y Salmos acerca de mí tenía que cumplirse». Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió: «Así estaba escrito: el Cristo padecerá resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Ustedes son testigos de esto»".
PILDORITA SALUDABLE
Ecl 3, 22: "Procura entender lo que Dios te ha mandado no te preocupes de lo que está en secreto"

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