Lima, 20-05-2012 / Año 108 - Nº 5615

LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR JESÚS
Es el triunfo de Jesucristo. Junto al Padre vela y acompaña nuestra historia, pues permanece vivo entre nosotros por su Espíritu. En esta Eucaristía celebramos la presencia del Resucitado y, en Él, su Envío que testimonia su Verdad.
PRIMERA LECTURA: Hch 1, 1-11
La experiencia de la Comunidad cristiana, luego de su Ascensión, es Misión y no fuga del mundo para cumplir el plan de Dios más allá de la historia.
"En mi primer libro, querido Teófilo, escribí de todo lo que Jesús fue haciendo y enseñando desde el principio hasta que, después de dar instrucciones por medio del Espíritu Santo a los apóstoles, ascendió al cielo. Después de su pasión se les presentó, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, y, apareciéndoseles durante cuarenta días, les habló del reino de Dios. Una vez que comían juntos, les recomendó: «No se alejen de Jerusalén; aguarden que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que yo les he hablado. Juan bautizó con agua, dentro de pocos días ustedes serán bautizados con Espíritu Santo». Ellos lo rodearon preguntándole: «Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?» Jesús contestó: «No les toca a ustedes conocer los tiempos y las fechas que el Padre ha establecido con autoridad. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes, recibirán fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo». Dicho esto fue elevado, hasta que una nube lo ocultó de su vista. Mientras miraban fijamente al cielo, viendo cómo Jesús se alejaba, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: «Galileos, ¿qué hacen ahí plantados mirando al cielo? Este Jesús que de entre ustedes ha sido llevado al Cielo volverá de la misma manera que lo han visto marcharse»".
SALMO 46
Respondemos: "Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas"
SEGUNDA LECTURA: Ef 4, 1-13
El himno de la carta a los Efesios es una invitación a descubrir la misión de la Iglesia como instrumento y servidora del plan de Dios para los hombres.
"Hermanos: Yo prisionero por el Señor, les ruego que vivan ustedes como pide la vocación a la que han sido llamados. Sean siempre humildes y amables, sean comprensivos, sopórtense mutuamente con amor; esfuércense en mantener la unidad del Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que han sido llamados. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo. Un Dios, Padre de todos, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo. A cada uno de ustedes se la ha dado la gracia según la medida del don de Cristo. Por eso dice la Escritura: «Subió a lo alto llevando cautivos y dio dones a los hombres». Él «Subió» supone que había bajado a lo profundo de la tierra; y el que bajó es el mismo que subió por encima de todos los cielos para llenar el universo. Y Él ha constituido a unos, apóstoles, a otros, profetas, a otros evangelizadores, a otros, pastores y maestros para el perfeccionamiento de los santos, en función de su ministerio, y para la edificación del Cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud".
ALELUYA:
"Vayan y hagan discípulos de todos los pueblos, dice el Señor; yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo"
EVANGELIO: Mc 16, 15-20
Cristo termina su misión en esta tierra, encargando a su Iglesia continuar esa tarea, siendo signo de salvación, liberación y santidad.
"En aquel tiempo se apareció Jesús a los Once y les dijo: «Vayan al mundo entero y; proclamen el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos y quedarán sanos». Después de hablarles, el Señor Jesús subió al Cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la Palabra con las señales que los acompañaban".
PILDORITA SALUDABLE
Ecl 3, 26: "Al que es terco, al fin le irá mal, y el que ama el peligro, en él perecerá"

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