Como
nos alegramos al encontrarnos con nuestros amigos, así se alegraron los
discípulos: "Se llenaron de alegría cuando vieron al Señor". Ver a
Jesús, estar con él, frecuentar su Palabra y su Eucaristía, experimentar su
Amor y trasmitirlo a los demás, nos llena de inmenso gozo. Por fin podremos
testimoniarlo gritando "a voz en cuello": "¡Hemos visto al Señor!"
PRIMERA
LECTURA: Hch 5, 12-16
Se nos trasmite la vida de la primitiva comunidad que, animada por
el Resucitado, convoca a los creyentes, porque actúa en y por ella, en la
historia de los hombres.
"Los apóstoles hacían muchos
signos y prodigios en medio del pueblo. Los fieles se reunían de común acuerdo
en el pórtico de Salomón; los demás no se atrevían a unírseles, aunque el
pueblo hablaba muy bien de ellos; crecía cada vez más el número de los
creyentes, tanto hombres como mujeres, que se adherían al Señor. La gente
sacaba los enfermos a la calle, y los ponía en catres y camillas, para que, al
pasar Pedro, por lo menos su sombra, cubriese a alguno de ellos. Mucha gente de
los alrededores acudía a Jerusalén, llevando enfermos y poseídos por espíritus
inmundos, y todos quedaban sanos".
Si Cristo no ha resucitado, inútil
es nuestra fe
SEGUNDA
LECTURA: Ap 1, 9-11a.12-13.17-19
Es una lectura de la historia de la Iglesia en la que, Jesús
muerto y resucitado, se presenta al mundo, dándole sentido a la historia presente.
"Yo, Juan, hermano de ustedes y
compañero en la tribulación, el reino y la espera perseverante en Jesús, estaba
desterrado en la isla de Patmos, por haber predicado la Palabra de Dios y haber
dado testimonio de Jesús. Caí en éxtasis en el Día del Señor y oí a mis
espaldas una voz potente, como de trompeta, que decía: «Lo que veas escríbelo
en un libro, y envíalo a las siete Iglesias que están en Asia». Me di vuelta
para ver quién me hablaba, y, al hacerlo, vi siete candelabros de oro, y en
medio de ellos una figura humana, vestida de larga túnica, y llevaba cinturón
de oro a la altura del pecho. Al verlo, caí a sus pies como muerto. Él puso la
mano derecha sobre mí y dijo: «No temas: Yo soy el primero y el último, yo soy
el que vive. Estaba muerto y, ya ves, vivo para siempre, y tengo las llaves de
la muerte y del abismo. Escribe, pues, lo que has visto, lo que está sucediendo
y lo que ha de suceder en el futuro»".
PILDORITA SALUDABLE
Ecl
5, 12: "Si puedes, responde a los demás, pero si no, quédate callado"
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