Muchos
cristianos, que se esfuerzan en la evangelización y en las obras de bien y no
ven frutos, sienten que en el mundo, "no pasa nada". Frente al
desaliento, al cansancio y al aparente fracaso de tantos esfuerzos, Jesús se
hace presente en la orilla de nuestra vida, para devolvernos la tranquilidad y
el dinamismo: "Tiren las redes y pescarán". Basta mirar el mundo con
los ojos de fe, para pescar lo que nos dice el Señor.
PRIMERA
LECTURA: Hch 5, 27-32.40b-41
La fuerza
de la evangelización está en una experiencia constante y continua con Jesús
Resucitado que nos impulsa a dar testimonio valiente llamando a la conversión.
"En aquellos días, cuando los apóstoles
fueron llevados al Sanedrín, el sumo sacerdote los interrogó y les dijo: «¿No
les habíamos prohibido terminantemente enseñar en nombre de ése? En cambio
ustedes han llenado Jerusalén con sus enseñanzas y así quieren hacernos
responsables de la sangre de ese hombre». Pedro y los apóstoles respondieron:
«Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres
resucitó a Jesús, a quien ustedes mataron colgándolo de un madero. La diestra
de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la
conversión y el perdón de los pecados. Nosotros somos testigos de estos hechos
y también el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen». Después de
hacerlos azotar, les prohibieron a los apóstoles hablar en nombre de Jesús y
los soltaron. Los apóstoles, por su parte, salieron del Sanedrín gozosos de
haber sido considerados dignos de aquel ultraje por el nombre que Jesús".
SEGUNDA
LECTURA: Ap 5, 11-14
Se nos sigue animando a leer la historia en clave de victoria y
esperanza, proyectándonos desde el presente a ese futuro sin límites, pero
comprometiéndonos hoy.
"Yo, Juan, oí la voz de una multitud de
ángeles que estaban alrededor del trono, de los seres vivientes y de los
ancianos. Su número se contaba por miles y millones, y exclamaban con voz
potente: «Digno es el cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría,
la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza». También oía todas las criaturas
que están en el cielo, en la tierra, bajo la tierra, en el mar y todo lo que
hay en ellos que decían: «Al que está sentado en el trono y al Cordero la
alabanza, el honor, la gloria y el poder por todos los siglos». Y los cuatro
seres vivientes respondían: «Amén». Y los ancianos se postraron y
adoraron."
PILDORITA
SALUDABLE
Ecl 5,
13: "Hablar puede servir para la honra y la deshonra. ¡La lengua es la
ruina del hombre!"
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