Lima, 14-04-2013 / Año 108 - Nº 5662

Muchos cristianos, que se esfuerzan en la evangelización y en las obras de bien y no ven frutos, sienten que en el mundo, "no pasa nada". Frente al desaliento, al cansancio y al aparente fracaso de tantos esfuerzos, Jesús se hace presente en la orilla de nuestra vida, para devolvernos la tranquilidad y el dinamismo: "Tiren las redes y pescarán". Basta mirar el mundo con los ojos de fe, para pescar lo que nos dice el Señor.
PRIMERA LECTURA: Hch 5, 27-32.40b-41
La fuerza de la evangelización está en una experiencia constante y continua con Jesús Resucitado que nos impulsa a dar testimonio valiente llamando a la conversión.
"En aquellos días, cuando los apóstoles fueron llevados al Sanedrín, el sumo sacerdote los interrogó y les dijo: «¿No les habíamos prohibido terminantemente enseñar en nombre de ése? En cambio ustedes han llenado Jerusalén con sus enseñanzas y así quieren hacernos responsables de la sangre de ese hombre». Pedro y los apóstoles respondieron: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien ustedes mataron colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión y el perdón de los pecados. Nosotros somos testigos de estos hechos y también el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen». Después de hacerlos azotar, les prohibieron a los apóstoles hablar en nombre de Jesús y los soltaron. Los apóstoles, por su parte, salieron del Sanedrín gozosos de haber sido considerados dignos de aquel ultraje por el nombre que Jesús".
SEGUNDA LECTURA: Ap 5, 11-14
Se nos sigue animando a leer la historia en clave de victoria y esperanza, proyectándonos desde el presente a ese futuro sin límites, pero comprometiéndonos hoy.
"Yo, Juan, oí la voz de una multitud de ángeles que estaban alrededor del trono, de los seres vivientes y de los ancianos. Su número se contaba por miles y millones, y exclamaban con voz potente: «Digno es el cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza». También oía todas las criaturas que están en el cielo, en la tierra, bajo la tierra, en el mar y todo lo que hay en ellos que decían: «Al que está sentado en el trono y al Cordero la alabanza, el honor, la gloria y el poder por todos los siglos». Y los cuatro seres vivientes respondían: «Amén». Y los ancianos se postraron y adoraron."
PILDORITA SALUDABLE
Ecl 5, 13: "Hablar puede servir para la honra y la deshonra. ¡La lengua es la ruina del hombre!"

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