Lima, 19-05-2013 / Año 108 - Nº 5667

Muchos cristianos están decepcionados de la presencia del Espíritu Santo. ¿Dónde está? ¿Qué señales nos das de su presencia en este mundo, en la Iglesia? Su fuerza, su presencia y acción no se pueden medir por la oferta y la demanda. Es la acción íntima de Dios en el corazón de cada hombre, incluso de los que no creen, inspirando en ellos todo lo verdadero, lo bueno y lo bello.
PRIMERA LECTURA: Hch 2, 1-11
Nos trasmite la experiencia Pentecostal de la primitiva comunidad y cómo ella transformó y comprometió a todos ellos a asumir la misión encomendada.
"Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos los creyentes reunidos en un mismo lugar. De repente, un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como de fuego, que se repartían, posándose encima de cada uno. Se llenaron todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, cada uno en la lengua que el Espíritu le sugería. Se encontraban entonces en Jerusalén judíos devotos de todas las naciones de la tierra. Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma. Enormemente sorprendidos preguntaban: "¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno de nosotros los oímos hablar en nuestra propia lengua? Entre nosotros hay partos, medos y elamitas, otros vivimos en Mesopotamia, Judea y Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia o en Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene; algunos somos forasteros de Roma, otros judíos o prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las maravillas de Dios en nuestra propia lengua".
SEGUNDA LECTURA: 1ªCor 12, 3b-7.12-13
Pablo nos invita a comprender a la Iglesia como un cuerpo animado y organizado por el Espíritu que nos impulsa a ser instrumentos de comunión y de misión en el mundo.
"Hermanos: Nadie puede decir: «Jesús es Señor», si no es bajo la acción del Espíritu Santo. Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Porque, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu".
PILDORITA SALUDABLE
Ecl 6, 3: "La pasión devorará tu follaje, arrancará tus frutos y te dejará como árbol seco"

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